Fermín Cabanillas. La imagen del Cristo de la Vera-Cruz de Marchena ha sido la elegida por el Ayuntamiento de la localidad para anunciar la Semana Santa de 2022. La Semana de Pasión del regreso a la actividad con los pasos en la calle se anuncia en el municipio sevillano con una fotografía de Manuel Bernal, que el Ayuntamiento ha seleccionado para dar promoción a una de las citas cofrades más importantes de la provincia.
En la fotografía elegida para el cartel se puede ver el recorrido del Cristo por las calles de su pueblo. Su sombra está proyectada sobre la fachada lateral de la iglesia de San Juan Bautista.
Se trata de una imagen que pertenece a la Antigua y fervorosa Hermandad Sacramental de Ánimas, Archicofradía del Señor de la Santa Vera-Cruz, Santísima María Virgen de la Esperanza Coronada y San Juan Evangelista.
La cofradía es de las más antiguas de la provincia, e incluso de España. Fueron aprobadas sus reglas el 7 de febrero de 1533. Su sede canónica está en la Capilla de San Francisco. Además, 275 años después de su nacimiento, en 1808, se fusionó con la Hermandad Sacramental de Animas.
Un Cristo con más de cinco siglos de historia
La talla del Cristo de la Vera-Cruz es una obra del siglo XVI. Está atribuida al imaginero Roque Balduque. Es una imagen de crucificado, con tres clavos y sudario tallado.
La imagen fue elaboradada sobre un bloque primario de madera sin el concurso de diferentes tablas. En dicho bloque fueron tallados cabeza, tronco y extremidades inferiores. Solo se ensamblaron como piezas independientes los brazos, un mechon del cabello y el nudo colgante del sudario.
La curiosidad del peso
Destaca, como explica la Hermandad en su web oficial, el curioso ahuecado a que fue sometida toda su estructura, debido a las exigencias procesionales del siglo XVI, cuando las imágenes eran portadas por un lego eclesiástico, y debían pesar poco.
Por tanto, la eliminación de peso era objetivo muy tenido en cuenta por los artistas. Por estas razones es frecuente encontrar, como característica constante en los crucificados procesionales del siglo XVI, lo reducido de su tamaño y el uso de pastas artificiales para su fabricación.
En la imagen del Crucificado de la Vera-Cruz se empleó madera de cedro. Estaba magistralmente ahuecada a través de diversas ventanas practicadas al efecto. Durante una restauración fueron localizadas en la base posterior de la cabeza, región dorsal de la espalda, cara posterior del sudario y posteriores de los muslos y brazos.
Por estas aberturas de configuración cuadrangular el artista de la época tuvo acceso al interior de la imagen. Se conseguía un ahuecado uniforme- Tiene paredes que oscilan entre uno y medio y dos centímetros de grueso.
Policromía
Otro elemento destacado en su técnica es la policromía, realizada al óleo pulimentado, y tan cuidada como la estructura, lo que realza las livideces cadavéricas y los tenues hematomas producidos por la flagelación.
En cuanto a la fecha de ejecución, la imagen puede enmarcarse en el último tercio del siglo XVI. El tratamiento iconográfico y anatómico lo alejan de la época gótica, acercándolo al siglo del idealismo y el realismo. En sus rasgos anatómicos se imponen los elementos referenciales y topográficos del esqueleto sobre las masas musculares. Eso indica un avanzado conocimiento de la morfología.