Los profesionales del Hospital Universitario Virgen del Rocío son los que más trasplantes de progenitores hematopoyéticos realizan en España, por segundo año consecutivo. El equipo médico y de enfermería de la unidad de Hematología, con el apoyo de la Coordinación de Trasplantes, ha logrado ser también el primero en actividad específicamente de donantes no emparentados (los más complejos) y el tercero en actividad en terapia celular CAR-T.
A lo largo del pasado año realizaron 172 trasplantes de progenitores hematopoyéticos (TPH) -o de células madre de la sangre-, dentro de los que se incluyen médula ósea, sangre periférica y cordón umbilical. Tres veces más que a principios de este siglo, cuando apenas pasaban de los 60 anuales y récord histórico a nivel nacional en este tipo de trasplantes, ha informado el centro hospitalario.
De ellos, 91 eran del propio paciente, mientras que 81 fueron obtenidos de un donante. De modo que lo que más ha aumentado es el trasplante alogénico proveniente de un donante no familiar, 45 el año pasado. Otros 36 fueron de un donante emparentado (familiar).
Centro de referencia nacional
Por otro lado, un total de 53 pacientes se beneficiaron también en el hospital sevillano de terapia celular CAR-T el año pasado. El Hospital Universitario Virgen del Rocío es, desde 2019, centro de referencia nacional CSUR para la aplicación de esta compleja técnica.
Los profesionales del servicio de Hematología, liderados por el doctor José Antonio Pérez Simón, fueron entonces uno de los primeros centros en España en aplicar esta terapia celular y génica avanzada. Para ello, han completado un proceso de formación especializada para tratar a pacientes adultos y pediátricos.
El tratamiento consiste en obtener de la sangre del paciente millones de glóbulos blancos llamados linfocitos T (los soldados del sistema inmunitario). Y reprogramarlos para que expresen en su superficie receptores especiales llamados CAR (receptores de antígenos quiméricos). Esto les permite reconocer y destruir células leucémicas. Es decir, modifican las defensas del paciente para que ataquen y eliminen las células malignas. En pacientes con leucemia aguda linfoblástica logran un 85 % de remisiones completas, según algunos ensayos clínicos. Y se emplean también con resultados muy favorables en linfoma y mieloma.