23 noviembre 2024
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«Estoy bien en Alemania, pero echo de menos el potaje de la Chari, mi madre»

Modesto decidió ir a la aventura para encontrar trabajo.
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Modesto decidió ir a la aventura para encontrar trabajo.

M.C. Contreras. Kempten es una ciudad de Alemania, situada en la región de Suabia, al suroeste del estado federado de Baviera. Con 65.044 habitantes, es la ciudad más grande de la comarca de Algovia, y de toda la zona de los Alpes alemanes. Tiene un origen celta y romano, y está documentada como la ciudad más antigua de Alemania.

Hasta allí, a tan sólo 39 kilómetros de la frontera con Austria, se marchó hace seis años un joven que entonces tenía 29 de edad, Modesto Panduro Núñez, y que, ante la falta de un futuro laboral estable, hizo las maletas e imitó a esos inmigrantes españoles que en la España de la posguerra se marcharon a Alemania.

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«Desde hace seis años estoy aquí, tras llegar con una aventura, porque un amigo y yo cogimos mi coche y nos plantamos en Alemania a buscarnos la vida», explica, mientras detalla que «me llevé tres meses sin saber qué hacer hasta que encontré la oportunidad que buscaba. La verdad es que lo pasé muy mal hasta que al final encontré trabajo, y desde entonces han pasado seis años».

Junto a su hermano, que se fue a trabajar con él, disfruta de una cerveza alemana.

Allí, «me dedico en general a trabajar en una empresa llamada Laseer, que hace carreteras y montajes de tuberías subterráneas y adoquinado y asfaltado. Lo hacen todo completo», y entre el personal de la empresa está él, y también su hermano Álvaro, que llegó allí un año después que él, y se ha establecido allí.

Con todo, Modesto está perfectamente integrado en la sociedad alemana, ha encontrado trabajo y es feliz, pero como todos los inmigrantes que han tenido que buscarse la vida fuera de España, echa de menos muchas cosas, y muchas veces la comida es una de ellas: «Echo mucho de menos el potaje de la Chari», como llama cariñosamente a su madre, que ha tenido cuatro hijos y ha visto como tres de ellos se buscan el futuro fuera de las fronteras españolas.

Por ahora, se enfrenta a aprender el idioma, en lo que cada día avanza junto a sus compañeros, y en disfrutar de la bicicleta por los parajes naturales y praderas que rodean al lugar donde vive, a donde un día llegó a buscar un futuro que ha sabido ganarse.

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