Redacción.Trece alumnos del Grado en Conservación y Restauración de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla (US), tutorizados por Agustín Martín de Soto y Antonio Gamero por parte del Arzobispado de Sevilla, están haciendo sus prácticas extracurriculares desde el pasado 12 de junio en la Iglesia de Santiago el Mayor, sede de la Hermandad de la Redención, donde están encargándose de los trabajos de restauración del retablo mayor, pinturas murales y artesonado. El tiempo estimado de los trabajos es de mes y medio. El templo tiene prevista su reapertura en septiembre.
Ésta es la campaña de verano de Conservación y Restauración de 2023 que la delegación de patrimonio cultural de la Archidiócesis de Sevilla impulsa desde 2015, fruto de un convenio de colaboración con la US. Desde entonces, se han desarrollado un total de ocho, que han beneficiado a más de un centenar de alumnos. Con estas campañas, se ha intervenido en la Parroquia de Santa María la Blanca en Fuentes de Andalucía; Parroquia de San Lorenzo en Sevilla; Iglesia de Santo Domingo en Osuna; Parroquia de la Magdalena; de San Andrés; de Santa María en Estepa; y de Santa María en Carmona.
Los estudiantes de los últimos cursos del Grado están realizando una limpieza general de los bienes tanto de los «depósitos superficiales como de las capas alteradas», una «consolidación» de todos los elementos «inestables» y una «reintegración puntual para evitar una incorrecta lectura de la obra», así como aplicando una capa de protección final. El retablo escogido para este proyecto, coordinado por el delegado de Patrimonio del Arzobispado, Antonio Rodríguez Badío, partía de un estado de conservación «deficiente» debido a la «propia historia material del bien, a la degración natural de los materiales, así como al uso cultual y a las intervenciones que ha sufrido» para «reparaciones o modificaciones».
En la documentación facilitada por el Arzobispado, se especifica que el aspecto superficial del retablo y las pinturales murales se encontraba «totalmente alterado, no dejando visualizar los matices originales de las obras». De hecho, tanto la capa de dorado como las policromías de las esculturas se encontraban «muy oscurecidas». En el caso del retablo, el principal deterioro se ha debido al polvo acumulado, pérdidas puntuales de adherencia de las capas pictóricas, el hoyín, acumulación de grasas, restos de cera en superficie, las reparaciones y la falta de mantenimiento.
La estructura del retablo está «en buenas condiciones aunque se observan grietas y desprendimientos puntuales». Respecto a las pinturas murales, éstas se encuentran con «grandes abolsamientos, con grave riesgo de desprendimientos, debido a la alteración de las capas y mortero que se adosa al muro y los cambios de témpera y humedad a los que se ha visto sometida la pintura».
Las campañas de verano, como la que se ha iniciado en la Iglesia de Santiago el Mayor, se enmarcan en el proyecto EmpleArte, que surge, explica el Arzobispado de la «necesidad de la conservación del patrimonio mueble, tan ingente y diverso en la Archidiócesis», además de una «responsabilidad» por «liderar de manera pionera la acción activa de empleabilidad».