3 diciembre 2024
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Eva Viera, de Guadalcanal a Ecuador trabajando por la cooperación al desarrollo

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A pesar de todas las dificultades que ha tenido que superar, su balance es muy positivo.

Rosa Brito. Eva María Viera Chaves, de 24 años, se encuentra en estos momentos en Ecuador. Nacida en Guadalcanal, esta joven es graduada en Trabajo Social y tiene un máster en Cooperación al desarrollo, gestión pública y de las ONGDS. Está realizando una pasantía como becaria de la Universidad de Granada, trabajando en la ONG Paz y Desarrollo en un proyecto financiado por la Unión Europea.  Su trabajo se divide en 4 áreas; a) seguimiento y monitoreo del proyecto; b) diseño, ejecución y evaluación de talleres dirigidos a la formación en mecanismos de participación ciudadana y control social; c) diseño de caracterización y georeferencia de las zonas de intervención; d) diseño de recursos de educomunicación.

Vive en Pedernales, en la provincia de Manabí. Es una pequeña ciudad en la costa de noroeste del país. Pedernales fue el epicentro del terremoto que sacudió al país en abril de 2016 y es una de las principales razones por las que se encuentra allí.  Tras el terremoto la ciudad quedó devastada y destruida en su gran mayoría. Aunque en estos momentos está casi recuperada gracias a las ayudas que recibieron de la comunidad internacional y del resto del país. La principal actividad de producción es el comercio en la zona urbana y en la zona rural la agricultura y la cosecha de camarón.

Al principio cuenta que fue difícil vivir en Ecuador. Lo describe como un país en vías de desarrollo, por lo que tiene muchas carencias: gente viviendo en la calle, violencia, animales abandonados, niños trabajando, es decir, mucha pobreza en general. Todo es demasiado informal. «Sin embargo, una vez que aprendes y te adaptas a las dinámicas todo resulta mucho más fácil. A veces esa informalidad de la que hablaba te resulta divertida porque he visto y hecho cosas que no me hubiera imaginado jamás».

Respecto a las diferencias con España, afirma son muy diferentes en todos los aspectos, tanto en comida, tradiciones, uso de palabras, creencias, estilos de vida, paisajes, incluso el clima.  En cuanto a los habitantes, comenta que existen grandes diferencias si comparamos con España y entre las distintas regiones del Ecuador. Se divide en 4 regiones principales: Amazonía, Sierra, Costa e Islas Galápagos. En cada región existe un clima diferente y esto hace que se tengan costumbres, tradiciones, acentos, estilos de vida y alimenticios diferentes. Además, Ecuador cuenta con una gran diversidad étnico cultural.

Su parte favorita de Ecuador es la costa. «Por su clima. Casi todo el año la temperatura se mantiene entre 20 y 25 grados, ya que no existe verano o invierno, sino época lluviosa (invierno) y época seca (verano). Pero si tuviera que elegir un sitio elegiría Ayampe. Es una pequeña comunidad situada al suroeste del país».

Cuenta a sus espaldas con millones de anécdotas desde que está allí. Aunque ha querido resaltar su viaje a Colombia con un amigo.

«Fuimos en su coche por lo que todo el camino hasta llegar a la frontera íbamos con miedo por si no nos dejaban pasar o nos pedían cualquier tipo de documentación que no tuviéramos en ese momento. Al llegar a la frontera la cruzamos en 30 segundos, ¡no había nadie controlando la frontera! Todas nuestras preocupaciones se disiparon en ese instante y echamos unas buenas risas, todo sea dicho.

Continuamos nuestro camino hasta llegar a un peaje. Todo parecía ir bien hasta que nos dijeron que no podíamos pagar el peaje en dólares sino en pesos colombianos. Esto no hubiera sido un problema si hubiéramos hecho un cambio de moneda, pero no sé por qué extraña razón nunca lo hicimos. Nos tocó bajarnos del coche y pedir a todo el que pasaba por el peaje que si nos hacía el favor de cambiarnos dólares por pesos. He de decir que era medianoche por lo que no había mucho tránsito en ese momento.  Después de un largo rato conseguimos hacer el cambio. Así que continuamos nuestro camino hasta llegar a la ciudad, donde habíamos reservado hospedaje para pasar esa noche.

Ninguno de los dos tenía internet, nuestros chip del teléfono allí no funcionaban, así que nos tocó dar vueltas por toda la ciudad para encontrar el hospedaje. Después de casi dos horas dando vueltas encontramos dos policías. Fueron muy amables y nos indicaron donde estaba; según ellos estaba en la otra punta de la ciudad. Allá que nos fuimos, después de perdernos unas cuatro veces,  Al llegar al lugar indicado, ¡sorpresa!, allí no estaba. Decidimos volver a la casilla de inicio. Seguimos dando vueltas y vueltas sin resultados. Empezamos a estar ya agotados. Llevábamos 7 horas de viaje desde Ecuador y era las 2 de la madrugada.

A punto de rendirnos, vemos a lo lejos a dos policías en moto, por lo que decimos preguntarles. Justo cuando íbamos a preguntarle, nos dice uno de ellos ¿aún no habéis encontrado el hotel?, ¡eran los mismo policías!. Al ver nuestra cara de desesperación decidieron acompañarnos en la búsqueda. Nunca antes había sido patrullada por una policía, al menos era por una buena causa y no por ir a la cárcel. Estuvimos dando mil vueltas más y sin resultado nuevamente. Llegó la hora de rendirnos, por lo que le dijimos a los policías que ya no buscaríamos más. Muy amablemente ellos nos llevaron a otro hotel, preguntaron si tenían disponibilidad, buscaron aparcamiento para estacionar el coche, etc. Mi amigo en ese momento para aliviar la tensión y la angustia del momento, soltó un ¡Joder que policías tan amables, solo falta que nos arropen en la cama y nos den un beso de buenas noches!. Finalmente a las cuatro de la madrugada conseguimos un lugar donde dormir. Lo que parecía ser el mayor hándicap del viaje resultó ser lo más fácil y lo que parecía ser lo más fácil del viaje, resultó ser lo más tedioso.

Pero no todos iban a ser momentos cómicos. Eva ha tenido que superar diferentes obstáculos desde su llegada. «Podría decir que mi mayor obstáculo ha sido intentar no parecer extranjera. Por poner un ejemplo, los precios de las cosas varía de una tienda a otra (como decía antes todo es informal), entonces si ven que eres extranjera van a intentar cobrarte más caro». Otra dificultad ha sido el uso de las palabras. «Aunque se hable español, hay palabras completamente diferentes que nosotros no usamos, o palabras que tienen otro significado. Hubo momentos en los que no entendía a la gente o ellxs a mi por esta barrera del lenguaje» Y no podemos olvidarnos del transporte. «En Ecuador no existe esa cultura de consultar en internet el horario y parada de los autobuses(principalmente porque no existen estas páginas web). Al principio me costaba mucho movilizarme porque no sabía dónde consultar horarios y estaciones, pero ahora que entiendo cómo funciona, no tengo ningún tipo de problema».

Pedernales fue el epicentro del terremoto que sacudió al país en abril de 2016 y es una de las principales razones por las que se encuentra allí.

A pesar de todas las dificultades que ha tenido que superar, su balance es muy positivo. «Ecuador tiene una peculiaridad que hace que te enamores del país, sobre todo por la amabilidad de la gente, la comida, el clima y su informalidad. He aprendido muchas cosas tanto a nivel profesional como personal, he conocido muchas personas de distintos países y he viajado mucho. Diría que esta ha sido una gran experiencia y que sin duda repetiría».

Como dice Eva siempre «el mejor plan es no tener plan».  Hasta el momento lo único que sabe es que vuelve a casa después de mucho tiempo fuera para recuperar un poco de energías y sentir el calor del hogar. Una vez que descanse un poco,  estudiará las posibilidades y oportunidades que tiene, pero no sabe si se quedará en España o volveré a salir. Todo depende de la elección que tome en el momento adecuado.» No sé cuánto tiempo estaré allí, puede que meses o puede que años».

La palabra que todo sevillano responde a la pregunta de si echa algo de menos es clara: la comida. Y no le quitamos la razón. Y esta guadalcanalense no iba a ser menos. «También he echado mucho de menos el salir a tomar unas cervezas después del trabajo, o un sábado al mediodía. Aquí no se estila mucho esa costumbre andaluza de salir a tomar tapas y cervecitas con familiares o amigos».

Si tuviera que animar a los sevillanos a seguir sus pasos y lanzarse a vivir la experiencia de irse al extranjero, Eva lo tiene claro. «Le diría que todo ese miedo e incertidumbre que se tiene antes de salir de la zona de confort lo conviertan en energías y fuerzas para luchar por lo que quieren. Los comienzos son difíciles y el adaptarse toma un tiempo, pero una vez que aprendes las dinámicas del país y conoces gente, todo se convierte en una aventura y cada día es una experiencia. Vivir en un país extranjero te permite conocerte a ti mismo, aprendes a sobrevivir y a ver la vida de un modo diferente».

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