Redacción. El Ayuntamiento de Sevilla, a través de la Gerencia de Urbanismo, ha concluido las tareas de conservación emprendidas en los pilares de piedra que constituían la entrada oficial al recinto de la Exposición Iberoamericana de 1929, “elementos que forman parte de la historia y del patrimonio de la ciudad que se reacondicionan en un entorno privilegiado para permanecer como parte de nuestro legado y de nuestro futuro ”, según ha destacado el delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, Antonio Muñoz.
De esta forma, las cuatro parejas de obeliscos de piedra situadas en el entorno de la Glorieta de San Diego y el Consulado de Portugal han sido sometidas a diversos tratamientos con el fin de eliminar las patologías más evidentes y afianzar su mantenimiento.
Los trabajos, desarrollados durante tres meses, han mantenido un marcado carácter conservativo, de tal manera que, además de atajar los problemas más acuciantes que presentaba los pilares, han permitido conocer in situ su verdadero estado de conservación de cara a una segunda fase de rehabilitación, que conllevaría la reposición de las piezas que faltan en el coronamiento de estos elementos.
Los tratamientos aplicados han consistido en la limpieza de toda la superficie, la realización de tareas de consolidación para frenar la descohesión de la piedra caliza y de la arenisca, el sellado de fisuras, el cosido de fracturas o fragmentos con peligro de desprendimiento, y la aplicación de un sistema hidrofugante.
Se trataba de las patologías más evidentes en estos monumentos, que acusaban un progresivo deterioro por la evolución propia del material frente al paso del tiempo, la exposición continua a un ambiente contaminado por el denso tráfico de la zona y, la falta de mantenimiento.
Materialmente, los obeliscos son de pilares de ladrillo visto sobre basamentos de piedra caliza, rematados con rocallas, frontones y pináculos de piedra arenisca. Estilísticamente reproducen motivos arquitectónicos del barroco, con basamentos mixtilíneos, faces almohadilladas, elaboradas del mismo material. Los remates de arenisca son genuinamente barrocos, con rocallas de influencia rococó, decoraciones vegetales y remates abalaustrados que concluyen en pináculos y bolas.
Si bien en los últimos años la Gerencia de Urbanismo ha llevado a cabo diferentes obras de reforma y remodelación de la zona comprendida entre la Glorieta de San Diego y el Casino de la Exposición para mejorar este entorno y recuperar sus bienes más singulares (Monumento de El Cid, la verja de fundición del antiguo cerramiento y la Glorieta de San Diego), quedaba pendiente la conservación de los pilares que. junto a la verja, conformaban la entrada principal al recinto de la Exposición de 1929. Con los trabajos realizados, valorados en 63.000 euros, se garantiza el mantenimiento y pervivencia de estos simbólicos obeliscos.