Redacción. El Espacio Santa Clara acoge desde el día 21 de diciembre y hasta el 3 de enero el espectáculo Gastro-poema de Navidad, un proyecto sensorial que, empleando diferentes técnicas audiovisuales, construye una realidad virtual y paralela en torno a la Navidad, en un espacio único como es el Refectorio bajo del antiguo Monasterio de Santa Clara.
Autora de otros éxitos audiovisuales en espacios patrimoniales de Sevilla, como Los Niños de Murillo (un montaje de imágenes y danza que se realizó sobre la Torre de Don Fadrique para el centenario del maestro), La Imperdible es la compañía responsable de esta nueva propuesta que, a diferencia de las anteriores, se centra en un formato pequeño en el que el espectador adquiere un protagonismo mayor. Pensado para el público familiar y de acceso gratuito, el montaje ha sido impulsado por el Ayuntamiento de Sevilla, a través del ICAS, dentro de su programación navideña Alumbra 2019.
En una mesa dispuesta con todos los elementos propios de una cena se recrea una comida de Navidad muy especial. Algunos personajes, como espíritus traviesos, introducen a los asistentes en un mundo onírico recreado con la iconografía propia de la Navidad, que se mezcla aquí con otras imágenes y elementos que aportan una visión distinta, siempre mágica y poética, de una mesa cuyos platos, vasos y cubiertos respiran, nos hablan y nos muestran viandas virtuales e ilusiones gastronómicas dirigidas a los sentidos. Según José María Roca, director del proyecto, la idea era “convertir un hecho cotidiano como la comida, aunque en la Navidad no lo sea tanto, en algo extraordinario y sugerente”.
En cada función se sentarán en ocho mesas hasta 64 espectadores que contemplarán sobre su plato obras alusivas a la Navidad. Mientras que se produce este original almuerzo, sonarán piezas de Mozart, vals tradicionales de Año Nuevo y algunas melodías más abstractas. Varias de las pinturas que se proyectan y animan remiten a la Navidad más tradicional española, en tanto que otras hablan de la anglosajona, tan popularizada hoy. “Es un trabajo de sensaciones, muy divertido y poético y que, además, devuelve al Refectorio del convento a su función original, la de ser el espacio para el almuerzo, ya que allí era donde comían las monjas clarisas, aunque en esta ocasión no hablamos del alimento físico sino de uno para el espíritu”, amplía Roca.
La compañía asegura haber disfrutado especialmente con este innovador proyecto porque la cercanía que el espectador tiene con las imágenes, exactamente la distancia entre el ojo y la mesa, les ha obligado a buscar un trazo más fino: “El público se siente más protagonista porque es en su propio plato donde transcurre una acción que no se diluye como sucede en los montajes de gran formato”, concluye Roca, que quiere seguir explorando las posibilidades de esta técnica en monumentos sevillanos.
Las funciones, de acceso gratuito y de unos 15 minutos de duración, se celebrarán del 21 al 30 de diciembre y el 2 y 3 de enero en seis pases diarios a las 18.00, 18:30, 19.00, 19:30, 20.00 y 20:30 horas. Están pensadas para el público familiar, con acceso para niños a partir de seis años.