19 noviembre 2024
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Guillena recupera toques de campanas perdidos con el tiempo

El montaje de la radio de Guillena ha hecho posible el milagro.
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El montaje de la radio de Guillena ha hecho posible el milagro.

Fermín Cabanillas. El 11 de octubre de 2018, el magacín ‘Guillena al día’ de Onda Guillena Radio cumplía 4.000 programas, y por tal motivo celebró una edición especial, realizada en directo desde el campanario de la parroquia de Nuestra Señora de la Granada. A pesar de las inclemencias del tiempo, con la aparición de lluvias, se pudo realizar todo el programa.

La segunda parte del magacín fue una grabación histórica denominada ‘Los toques de campanas de Guillena’, patrimonio inmaterial cultural de Guillena. Una grabación que fue posible a la colaboración del doctor en Historia del Arte, Juan Antonio Silva; el campanero Federico Arroyo; y el cura párroco Fernando Borrego.

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Entre las 12 y la 1 del mediodía, se pudieron escuchar, de manera extraordinaria toques de campana, algunos vigentes y otros que nos remontaron a tiempos pretéritos. Fueron un total de 13 toques, entre civiles y religiosos.

Y esta grabación está ahora a disposición de todo el mundo, gracias al espacio creado en la página web de Onda Guillena Radio ‘Los toques de campana de Guillena’.

Tiene una primera parte en la que se pueden oír los podcast de cada toque con las explicaciones orales y escritas de Juan Antonio Silva y Federico Arroyo. Así como un documento de 11 páginas del doctor en Historia del Arte en el que se explica el motivo del programa, la historia del campanario y las campanas de Guillena y los diferentes toques de campanas, tanto civiles como sonoros.

La segunda parte consta del podcast completo de la edición 4.000 del magacín Guillena al día, así como una galería de imágenes de aquel programa histórico.

El magacín Guillena al día emitió su primer programa el 9 de julio de 2002, y desde entonces no ha faltado a la cita diaria con los oyentes de Onda Guillena Radio.

Las campanas eran responsabilidad del concejo y avisaban por lo general a fuego, a perdidos, a agrupación de ganados comunales, al propio concejo, invasión, llegada del señor, etc.

Cuando en los pueblos aún no existían los consistorios o ayuntamientos, como tales lugares de reunión, los vecinos eran convocados a las reuniones de concejo «a son de campana tañida», congregándose a las puertas de la iglesia.

El trabajo de estos profesionales hace que este patrimonio no se pierda.

Entre otros toques estaba el ‘Arrebato0, un toque general y desorganizado que avisaba de algún peligro grave. Este toque solía hacerse cuando había alguna catástrofe. Se tocaba de forma rápida para que acudieran los vecinos en ayuda o por ejemplo a sofocar algún incendio.

Otros toques desaparecidos son el de nublo o a tentenublo. En tiempos próximos a la recogida de los productos del campo si existía peligro de tormenta, los vecinos pedían que se realizara este toque con el fin de ahuyentar y dispersar las nubes antes de que descargaran el temido granizo. Hoy tenemos las alarmas por colores.

Se avisaba de alguien perdido cuando una persona se perdía a altas horas de la noche o por niebla, para orientarse al oír el sonido de las campanas, e incluso se orientaba a los caminantes en las horas nocturnas, incluso para orientar a los peregrinos del Camino de Santiago.

 Se mantiene el toque religioso del Ángeles. Se tocaba a la 6 de la mañana, a las 12 y a las 6 de la tarde. Su origen se remonta al siglo XIII, con la pretensión de recordar el momento de la Anunciación de María.

En el otro extremo está el repique,  un toque usado en los días festivos, un toque alegre, atronador, de gloria, cargado de música; un pequeño concierto de campanas, que llenaba de sonoridad y de vida todo el pueblo. Además de los domingos en la mañana es frecuente usarlo el Sábado Santo tras la resurrección del Señor, durante las procesiones gloriosas, etc. Siempre con intención de anunciar el inicio de los oficios. 

Las campanas enmudecían desde el Jueves Santo hasta el Sábado Santo. Y también en ocasiones cuando las ciudades quedaban castigadas sin entierros eclesiales o culto por haber quedado en entredicho. A esto se le llamaba «tiempo de entredicho». A veces, una campana tañía para recordar a la población la desgracia en que había caído.

El Jueves Santo, las campanas eran sustituidas por la matraca, que anunciaban días de pasión, que por otra parte se convertían en una ocasión lúdica y festiva para los niños del pueblo. En Guillena hay constancia de su uso al menos desde el siglo XIX (la matraca más antigua que se conserva es de esta época).

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