Redacción. Los equipamientos culturales y turísticos de Alcalá de Guadaíra, entre los que se encuentran el Castillo, el Molino subterráneo de La Mina, la Harinera del Guadaíra y el Museo de la Ciudad, se mantienen este verano abiertos al público con horarios adaptados a la temporada estival, de forma gratuita y sin necesidad de reservar la entrada de forma previa.
El último equipamiento en entrar en funcionamiento, en diciembre del pasado año, ha sido el Molino subterráneo de La Mina, en la calle principal del municipio del mismo nombre y uno de los pocos de tipo hipogeo conocidos. El molino se englobaría en la nómina de ingenios construidos entre los ss. XIV – XV, período que parece ser el de verdadero auge de la molinería de Alcalá de Guadaíra. Funcionó durante todo el s. XIX y forma parte de paisajes y ensoñaciones reflejados por los pintores de la época. En la década de 1920 cesó su actividad, dentro de la remodelación completa de este sector de la antigua calle de la Mina Grande, que finalizó con la construcción a comienzos de 1930 del Teatro Gutiérrez de Alba, del arquitecto Juan de Talavera.
La recuperación y puesta en valor del Molino de la Mina, con la creación de un acceso y un espacio expositivo previo al propio molino – dado que anteriormente sólo se podía bajar por un hueco en el suelo con la ayuda de los bomberos – supuso un hito sin precedentes para el mayor relieve del pasado industrial y patrimonial pandero de la ciudad, pero también para el propio conocimiento de la ciudadanía de esta instalación, por la que en los dos primeros meses pasaron casi 3.000 personas. Debido a esta inicial afluencia, al principio las entradas eran por reserva, pero luego pasaron a ser libres. De hecho, en este mes de julio seguirá abriendo de forma gratuita y sin reserva previa de viernes a domingo, de 9:30 horas de la mañana a 13 horas del mediodía y de 19 horas de la tarde a 21 horas de la noche.
Sin embargo, el paisaje de murallas y almenas marca la imagen más conocida de Alcalá, la del Castillo. Su evolución se desarrolló entre los siglos XII y XVII, aunque el Castillo de Alcalá es el resultado de cerca de 4.500 años de historia humana sobre el Cerro del Castillo. Los hallazgos arqueológicos más antiguos nos llevan a la Edad del Bronce (II milenio a.C.), cuando se instala un pequeño poblado amurallado en el extremo oeste del Cerro.
Sería un asentamiento dedicado a la producción agrícola de la campiña del Guadaíra, que por su tamaño dependería de alguna manera del cercano (y mayor) poblado situado en la Mesa de Gandul. Entre el 1.500 a.C y la época romana, el cerro del Castillo permanece despoblado, datándose del siglo I-III d.C. los restos arqueológicos romanos hallados. De nuevo, desde el siglo IV al XI el cerro queda despoblado, y es con las primeras fuentes documentales que citan el «Catillo de Yabir» (Qalat Yabir) en la época de los Reinos Taifas, cuando se vuelve a tener evidencia de ocupación. Todo lo que podemos ver en la actualidad es posterior al siglo XII, cuando el califato almohade construyó una primera fortaleza en el extremo oeste, en torno al Patio de los Silos. Después se ampliaría por la zona del Patio de la Sima, incluyendo un baño (hammam) para la guarnición.
La visita privada, libre y gratuita puede desarrollarse durante este verano de miércoles a domingo (domingos tarde cerrado) de 9:30 horas de la mañana a 13 horas del mediodía y de 20 horas de la tarde a 22 de la noche.
Otro punto clave es La Harinera del Guadaíra, una vieja fábrica de harinas constituida en 1934 que supuso en su momento una gran revolución industrial por lo novedoso del sistema austrohúngaro de molienda que se aplicó a la maquinaria de la fábrica. Desde allí la visita (exterior) a pie a los molinos harineros del cauce del río es muy recomendable.
Actualmente el edificio de la antigua fábrica de harina constituye el espacio museístico del Centro de Interpretación de la Industria panadera que, a través de un circuito de máquinas y paneles, explica cómo era la vida de Alcalá de Guadaíra en torno a la industria de la molienda y del pan durante siglos (desde el siglo XII hasta la actualidad). En el mismo edificio de la Harinera del Guadaíra se ubica la Oficina de Turismo de Alcalá de Guadaíra, cuyos horarios de verano son de lunes a viernes de 9 horas de la mañana a 14 horas de la tarde.
Un nuevo ejemplo de la puesta en valor del patrimonio industrial es El Museo de Alcalá de Guadaíra. Abría sus puertas el once de noviembre de 2005, a partir de la rehabilitación y adecuación de una nave de la antigua fábrica de Idogra, dedicada a la elaboración de productos derivados de la aceituna, que nació en los primeros años del siglo XX con el nombre de Martí y Gutiérrez. Se integra en un ámbito ciudadano renovado, donde junto con los espacios fabriles reutilizados se produce la transformación del espacio industrial en parque urbano, reconvertido hoy día en uno de los focos de la vida social y cultural de Alcalá.
Desde el principio se tuvo claro el concepto de crear un espacio sumamente dinámico en su programación. Por ello se alterna el recorrido permanente -planta baja- que rinde homenaje a los principales paisajistas sevillanos que formaron la Escuela de Alcalá, entre 1850 y 1950, ‘Tiempo de Paisajes’, con las exposiciones temporales -en la planta alta-, dedicadas a las manifestaciones artísticas más singulares de nuestro entorno. Este verano, hasta el 22 de septiembre `Las luces del día´ en la que se muestra la riqueza de los fondos artísticos municipales. Poetas, músicos y escritores toman la luz del día y sus diferentes momentos como base para sus creaciones y en esta exposición se presenta al público.
El Museo (c/Juez Pérez Díaz -con entrada por el Parque Centro- ) abre en la temporada estival de lunes a viernes de 10 horas de la mañana a 14 horas de la tarde y de 19 horas a 21 horas por las tardes (lunes por la tarde cerrado por descanso), y los sábados y domingos de 12 horas a 14 horas y de 19 horas a 21 horas.
