Redacción. Un equipo científico liderado por el Laboratorio traslacional de Estimulación Cerebral de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla ha caracterizado el impacto de la estimulación eléctrica transcraneal sobre los procesos de percepción táctil en ratones. Los resultados del estudio, publicado en la revista ‘Scientific Reports’, muestran importantes diferencias relacionadas con la polaridad de la corriente aplicada y la aparición de efectos a largo plazo, permitiendo mejorar los protocolos de estimulación utilizados actualmente en el tratamiento de diversas enfermedades neurológicas.
“La estimulación eléctrica transcraneal, también conocida como tDCS por sus siglas en inglés, transcranial Direct-Current Stimulation, consiste en la aplicación de corrientes débiles sobre el cuero cabelludo de los pacientes con el fin de modificar la actividad de las neuronas de la corteza cerebral. Se trata de una técnica segura, indolora y de bajo coste que puede ser aplicada de forma ambulatoria en el tratamiento de diversas patologías como el accidente cerebrovascular, la enfermedad de Parkinson, la esquizofrenia, la enfermedad de Alzheimer o la epilepsia”, explica Javier Márquez, investigador principal del Laboratorio traslacional de Estimulación Cerebral de la UPO.
Añade que “los mecanismos neuronales que median sus efectos no son del todo conocidos, lo que dificulta el desarrollo de nuevos protocolos que optimicen su aplicación en cada una de estas patologías”.
Estimulación eléctrica transcraneal
Así, la investigación liderada por la Universidad Pablo de Olavide describe los cambios electrofisiológicos y moleculares producidos a corto y largo plazo por la estimulación eléctrica transcraneal aplicada sobre la corteza sensorial de los animales. De esta manera, los resultados del estudio muestran cómo la corriente aplicada produce cambios opuestos en la respuesta de las neuronas que procesan los estímulos táctiles con cada una de las polaridades aplicadas.
Sin embargo, solo una de las dos polaridades aplicadas fue capaz de producir cambios a largo plazo consistentes en una reducción de la actividad de las neuronas. Esta reducción de excitabilidad neuronal podría estar relacionada con el aumento en los niveles del neurotransmisor inhibidor GABA observado al analizar los cerebros de los animales estimulados.
Estos experimentos demuestran que los efectos inducidos por la estimulación eléctrica transcraneal con corriente anodal y catodal pueden no ser simétricos, y que los efectos a corto y largo plazo pueden diferir dentro de la misma polaridad. El estudio profundiza en los mecanismos que producen estos efectos y apunta al neurotransmisor GABA como posible diana farmacológica para potenciar los efectos de esta técnica.