Redacción. Un equipo de investigación de la Universidad de Sevilla (US) lidera el proyecto ‘Desconéctate para conectar: fomentando un estilo de vida activo y saludable entre los jóvenes andaluces’ que aplica la ciencia ciudadana para involucrar a colectivos sociales en la búsqueda de alternativas para reducir el uso de teléfonos móviles. Las propuestas se recogerán en un informe para diseñar intervenciones que contrarresten los efectos perjudiciales en la salud física, social y emocional de estudiantes de Secundaria, Bachillerato y universitarios.
Una muestra de medio millar de estudiantes universitarios y pre-universitarios de varias provincias participarán en el proyecto, ya que junto con la Universidad de Sevilla colaborarán las de Jaén y Cádiz. La iniciativa cuenta con tres etapas. Por un lado, la fase de concienciación que durará hasta septiembre, donde el equipo investigador diseñará una aplicación para registrar los niveles de actividad física y uso del móvil, según ha informado la Fundación Descubre, dependiente de la Junta de Andalucía.
En esta etapa, los investigadores registrarán las variables socioeconómicas de cada estudiante y el tiempo de encendido de la pantalla del teléfono acumulado por los participantes durante una semana. Para evaluar el tiempo de pantalla, la aplicación diseñada por el equipo de investigación analizará de forma objetiva el tiempo empleado en diferentes categorías (productividad, redes sociales o entretenimiento).
Se les pedirá que completen la cantidad de horas y minutos en días de semana y fines de semana. Asimismo, los participantes completarán cuestionarios sobre actividad física, comportamiento sedentario y sueño. Para completar el estudio, medirán con su propia aplicación el número de pasos diarios de los estudiantes para comprobar su nivel de actividad física.
Los investigadores parten de la hipótesis de que el uso del teléfono móvil estará por encima de las recomendaciones internacionales, que apuntan dos horas diarias. «Creemos que habrá diferencias entre Secundaria, Bachillerato y Universidad. Un nivel educativo donde nos planteamos si debe limitarse el uso de dispositivos, al igual que ya se está implantando en Primaria o en determinados centros de Secundaria», avanza el coordinador del proyecto, Borja Sañudo.
Además del nivel educativo, las variables socioeconómicas familiares también pueden arrojar diferencias de uso del móvil. De ahí que los investigadores incorporarán la participación de barrios vulnerables y colectivos desfavorecidos. «La literatura científica indica que los niveles de renta bajos influyen en la inactividad, el sedentarismo, el uso del móvil y las pautas de sueño y queremos evidenciarlo para ser capaces de establecer estrategias específicas en el abordaje de esta problemática», adelanta Sañudo.
La segunda fase del proyecto, que se extenderá los meses de octubre y noviembre, pretende incentivar la participación ciudadana en la identificación de soluciones prácticas para reducir el uso excesivo de teléfonos móviles. Para ello, se formarán varios grupos de discusión que involucrarán a agentes educativos, familiares de los jóvenes y empresas locales. Estos equipos de análisis diseñarán alternativas saludables al uso de dispositivos entre jóvenes, padres, educadores y profesionales de la salud en Andalucía.
La idea es que marquen estrategias concretas que promuevan experiencias fuera del entorno digital. «Estos grupos deben proponer qué puede funcionar mejor, desde un incentivo, un descuento para compra de otros soportes como libros, un bono cultural para espectáculos o cine», ejemplifica Sañudo. Por último, la tercera etapa, que comprende desde diciembre de 2024 hasta mayo de 2025, pretende evaluar la viabilidad de las alternativas propuestas. Para ello, se diseñarán grupos de discusión, esta vez con los propios jóvenes a los que, a modo de experiencia piloto se les plantearán propuestas concretas para un uso responsable del teléfono móvil. Un asesor científico, junto a los miembros del equipo, valorará la idoneidad de las propuestas en estos jóvenes.
El proyecto se ha presentado este martes en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla en un acto al que han asistido el decano de la Facultad, Alfonso J. García; el investigador de la Universidad de Sevilla y coordinador del proyecto, Borja Sañudo y la responsable de comunicación científica de la Fundación Descubre, Carolina Moya.
A continuación, se ha desarrollado una mesa redonda sobre el uso del móvil en la adolescencia donde han intervenido el investigador de la Universidad de Sevilla Antonio Sánchez; la investigadora de la Universidad de Cádiz, Ana Carbonell; la representante de la asociación Adolescencia Libre de Móviles, Carmen de Vicente y la estudiante de la Universidad de Sevilla, Inés Carmona.
Esta iniciativa forma parte del programa ‘Andalucía + ciencia ciudadana’, impulsado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación y coordinado por Fundación Descubre y la Universidad Pablo de Olavide, que pretende potenciar la utilización de este abordaje científico participativo entre distintos agentes de la región. En concreto, supone la implicación activa de una comunidad para dar respuesta a un problema cercano con acciones basadas en el conocimiento, en este caso la reducción del uso de móviles entre los jóvenes andaluces.
Al finalizar el proyecto, los científicos-ciudadanos elaborarán un informe de recomendaciones que incluirá esta experiencia piloto como estrategia práctica para disminuir el uso de teléfonos móviles entre los jóvenes andaluces. Asimismo, si los grupos de análisis proponen otras actuaciones complementarias como campañas o guías de ayuda, se presentarán también como resultados del proyecto.
‘Desconéctate para conectar: fomentando un estilo de vida activo y saludable entre los jóvenes andaluces’ es uno de las tres iniciativas de la Universidad de Sevilla que forman parte del proyecto ‘Andalucía + ciencia ciudadana’ promovido por Fundación Descubre y la Universidad Pablo de Olavide que pretende potenciar la utilización de este abordaje científico participativo entre distintos agentes de la región.
El proyecto está impulsado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, responsable de las políticas de investigación e innovación de Andalucía, de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, de Fundación Ibercivis precursores del Observatorio de la Ciencia Ciudadana en España, el Instituto de Academias de Andalucía, la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, la Sociedad Andaluza para la Divulgación de la Ciencia y la Ciudad Accesible.