Redacción. Investigadores de la Universidad de Sevilla acaban de publicar en la prestigiosa revista Inorganic Chemistry, perteneciente a la Sociedad Americana de Química, un trabajo sobre el elemento radioactivo americio en disolución acuosa. Este artículo ha merecido la portada del número de julio de dicha publicación. El grupo de Fisicoquímica de Medios Condensados, liderado por el catedrático Enrique Sánchez Marcos, especializado en el estudio de disoluciones de iones metálicos pesados mediante superordenadores ha realizado dicha investigación.
El Americio (Am), tercer elemento en la serie de los actínidos, es un elemento sintético cuya mayor parte se origina en las centrales nucleares al generarse como subproducto o residuo del uso uranio y plutonio como combustibles nucleares. Una tonelada de combustible genera en torno a 100 gramos de Americio, principalmente los isótopos 241Am y 243Am, cuyos tiempos de vida media son aproximadamente 430 y 7400 años, respectivamente. Su prolongada radiactividad es el principal problema para su almacenamiento en los cementerios nucleares. Aunque el decaimiento radiactivo involucra principalmente la emisión de partículas alfa, fácilmente contenibles, las sucesivas etapas de transmutación provocan la aparición de otros elementos que emiten radiación gamma y neutrones, mucho más difíciles de contener. Si se llega a producir la ingesta de Americio, éste se acumula principalmente en los huesos y en el hígado, provocando la aparición de cáncer por su radiotoxicidad.
La principal aplicación de este elemento ha sido como fuente ionizante en detectores de humo domésticos, aunque actualmente estos detectores están prohibidos ya que su tratamiento como residuos implica una especial y cara gestión por el riesgo medioambiental que suponen. Actualmente se está evaluando la posibilidad de usar Americio como fuente de energía en viajes espaciales para naves propulsadas por reactores nucleares.
“Los experimentalistas fueron capaces de obtener las propiedades de la disolución mezcla con gran dificultad. Nosotros, gracias a sus resultados, fuimos capaces de predecir las propiedades de la disolución de americio VI que aún no han podido sintetizar puro. De esta forma podemos anticiparnos al experimento y estudiar una disolución que aún no somos capaces de producir.” comenta Sánchez Marcos.