M.C. Contreras. Hace ya mucho tiempo, poco para la edad que tiene, que Javier Moya, guitarra en mano, recorre cualquier escenario que le reclama. Desde La Pueblo Del Río, coge un avión cuando es necesario para acompañar a grandes artistas o bien desarrollar su propio espectáculo.
A Javi Moya la música le viene impregnada en la sangre. No hace falta decirlo, pero es bueno recordarlo, que su padre es José Manuel Moya, uno de los cinco padres creadores de Los Romeros de la Puebla. De él quedan cinco componentes, su padre uno de ellos.
Ha adoptado su propio estilo, como se pudo ver el pasado 29 de junio en el impresionante Cartuja Center sevillano, con 2.000 butacas pendientes de la forma de entender la música de este artista.
Y lo hizo con todo su artillería: batería, piano, percusión latina, trompetista cubano, bajo, guitarrista y tres personas en el coro, un espectáculo a la altura de las grandes ocasiones, para mostrar en el escenario que su música no es fruto de un concurso o una promoción concreta, aunque intenta ser metódico a la hora de valorar el enorme apoyo que tenía de la gente para ganar en televisión, que a simple vista no era tanto para el que finalmente ganó: “Sé que es un concurso a nivel nacional, que hay muchísimos estilos y me alegro mucho por el ganador, que está peleando mucho”.
Y es que, para muchos, es el ganador de La Voz, aunque fuese otra la persona ganadora.
Con esa premisa, afronta la grabación de su cuarto disco, “un trabajo muy ambicioso, y del que todavía no puedo contar muchas cosas”, pero que tiene cierta ilusión para que pueda salir en las próximas fechas navideñas.
Un disco dirigido a su público, que lo ve como “un artista versátil, que maneja distintos tipos de música y llego a gente de todas las edades. Todo es una experiencia única, con niños, personas mayores, gente de todas las edades que se me acerca”, versátil como su forma de ser en la música, porque “me gustan todos los estilos, pero sobre todo me gustan los retos, porque quiero llevarme las canciones a mi terreno, darles mi propia personalidad, no parecerme a nadie, sobre todo transmitir, porque creo que a veces es lo más importante cuando cantas una canción, llegarle a la gente que te está escuchando”.
Y, aunque en España tiene muchos de los escenarios en los que ha actuado, su música le ha llevado a lugares como República Dominicana, Ecuador, Argentina, Buenos Aires o Italia. «He tenido la suerte de ser telonero de Juan Luis Guerra en Santo Domingo y Rosario Flores», explica. Son muchos países en su maleta ya, y la agenda sigue abierta para aumentar la lista.