Rosa Brito. El pasado sábado, 4 de mayo, un grupo de alumnas voluntarias de 1º de Bachillerato del Colegio Internacional Europa se vistieron de flamenca y llevaron su alegría e ilusión a los mayores del Centro Educacional Residencial de Espartinas Dr. Gregorio Medina Blanco. Algo parecido hicieron en las Hermanitas de los Pobres de Nervión, decorando su comedor como si de una caseta del Real se tratara.
Y no es la única actividad que realizan estos jóvenes voluntarios durante la Feria. La Caseta de niños perdidos de Cruz Roja cuenta también con un grupo de voluntariado que ayuda a los más pequeños y sus familias en el recinto ferial. Todas estas actividades se enmarcan en el completo programa de voluntariado que los chicos de Bachillerato llevan a cabo durante todo el curso, a través de ONGs o bien por iniciativa propia.
En el presente curso, más del 50 % de los alumnos de 1º de Bachillerato del colegio forman parte de labores de voluntariado en diferentes entidades benéficas como son el Área de Mayores de Cruz Roja (residencias ORPEA, Pío XII y Virgen de la Estrella), Área de Infancia y Juventud de Cruz Roja, Residencia de las Hermanitas de los Pobres y Residencia de Mayores C.E.R. de Espartinas.
Hablamos con José Luis Medina, responsable de los programas solidarios del centro.
– ¿Cómo surge la idea del voluntariado?
– El colegio tiene ya una tradición con el tema solidario desde hace muchos años. Durante primaria y secundaria van colaborando en muchas actividades benéficas que se organizan en el centro pero es en 1º de Bachillerato cuando forman parte de este proyecto. Es una demanda de los propios alumnos. Ellos han querido tener un papel más protagonista y no solo hacer campañas puntuales de recogida de alimentos o carreras solidarias, sino que querían implicarse un poco más. Por ello, hace cuatro años contactamos con Cruz Roja Sevilla y nos ofrecieron trabajar con el Área de Mayores para estar en varios asilos los fines de semana y así estar con los abuelos. Hemos seguido creciendo tanto en voluntarios como en diferentes ámbitos de actuación.
– ¿En qué consiste exactamente el programa de voluntariado?
– Nuestro programa es de enero a mayo y se basa en ir los sábados por la mañana a las diferentes residencias de la Cruz Roja para trabajar con los abuelos. Colaboramos también con el Área de Infancia y Juventud, y ocupamos las horas de ocio de chicos y chicas en riesgo de exclusión social o procedentes de familias desestructuradas. Dentro de este ámbito, hay dos actividades programas: una en la sala de lactancia de Plaza Nueva y en los pasos de movilidad reducida durante la Semana Santa, y en Feria en la Caseta de niños perdidos de la propia Cruz Roja. En este caso, nuestros chicos colaboran en identificar a los padres, colocar las pulseras identificativas a los niños y hacer patrullas junto con Protección Civil y la Policía Local por todo el Real en busca de alguna incidencia.
Por otro lado, las Hermanitas de los Pobres contactaron con nosotros en busca de ayuda alimenticia y, además de echar una mano todos los fines de semana con los mayores, organizamos conciertos benéficos para recaudar fondos.
– ¿Cómo nace la idea de llevar a los mayores la Feria y la alegría del Real?
– Cuando nos reunimos con la psicóloga y los terapeutas del C.E.R elaboramos una serie de actividades variada que resultaran atractivas para los abuelos de manera que trabajasen el tema cognitivo y psicomotriz pero, sobre todo, que les gustase a ellos. Les encanta la música y qué mejor mejor idea que llevar a las voluntarias vestidas de flamenca y estar toda la mañana del sábado de pescaíto bailando y cantando.
Otros alumnos participaron también en el comedor de las Hermanitas de los Pobres, que se transformó en una caseta de Feria y disfrutó de un menú especial con cosas típicas.
– ¿Qué organización demanda una mayor atención en nuestra ciudad?
– Desde donde más nos llaman y piden colaboración ahora mismo es desde el Banco de Alimentos. Hace ocho o diez años teníamos llamadas puntuales pero, a día de hoy, son constantes y, algunas muy urgentes. Hay mucha necesidad e intentamos darle cobertura a todo tipo de proyectos que nos llegan.
– Por lo general, ¿crees que están concienciados los jóvenes sevillanos de la necesidad de ayudar a estos colectivos?
– Creo que sí. Hay muchísimos estudiantes de diferentes centros escolares colaborando en todo tipo de actividades. Todos muy jóvenes e implicados en la causa.
– ¿Por qué la necesidad de programas de voluntariado como la vuestra?
– Es algo esencial para educar a los jóvenes y hacerles ver más allá de la realidad en la que viven. No hay edad para ayudar a aquellos que más lo necesitan. Es un tema de empatía y, cuanto antes lo aprendan y lo vivan, mucho mejor. Cuando uno ejerce el voluntariado se da cuenta de que es recíproco, uno recibe incluso más de lo que da.
– ¿Cómo enriquece la experiencia del voluntariado al voluntario?
– Creo que enriquece muchísimo desde el punto de vista personal y madurativo. Hay algunos alumnos que han vivido experiencias en varios países africanos y han afrontado una realidad que no se imaginaban. Cuando han llegado de vuelta han asegurado que le ha cambiado la vida. Yo les digo que no es que le haya cambiado la vida, es que ha cambiado su escala de valores. Han empezado a ordenar sus valores, sus necesidades y sus prioridades, han madurado y desarrollado un nivel de empatía que le valdrá para su futuro personal y laboral.
– ¿Qué le dirías al lector para que se animara a ser voluntario?
– Le quiero transmitir lo que nos comentan desde todos los centros en los que participamos: no hay edad para ser voluntario, no hay condición social, cualquiera puede ayudar y aportar su granito de arena y, por supuesto, que es muy gratificante. Hay mucha gente que está esperando simplemente charlar con otra un rato y que se preocupen por ella. Por eso creo que podemos ordenar nuestro tiempo un poco y hacerles un bien muy grande a muchas personas que lo necesitan.