Redacción. El pasado 12 de junio, la Esperanza de Triana fue retirada del culto en la Capilla de los Marineros para ser sometida a una intervención conservativa, aprobada por el cabildo general de hermanos celebrado el 31 de enero y acometida por Pedro Manzano Beltrán, especialista en conservación y restauración de obras de arte por la Universidad de Sevilla.
Desde entonces, sobre la imagen de la Santísima Virgen se han desarrollado una serie de trabajos destinados a cubrir dos aspectos fundamentales del citado proceso:
Por un lado, dotar a nuestra hermandad de un informe de carácter científico, el cual será expuesto detalladamente a todos los hermanos en Cabildo General Ordinario, que permita a todas las generaciones, presentes y futuras, conocer los datos más relevantes sobre el origen y el estado actual de la imagen de Nuestra Señora y, por otro lado, acometer las referidas labores de intervención sobre la misma para garantizar en todo momento su óptimo estado de conservación.
Para la consecución de sendos fines, se realizaron en primer lugar una serie de estudios científicos aplicados sobre la Santísima Virgen, los cuales abarcaron los siguientes ámbitos:
• Métodos físicos de examen: Tuvieron por objeto conocer aspectos de la obra que no son visibles a simple vista y aportan información tanto de la estructura interna, como de los estratos más superficiales a través de dos estudios, con luz transmitida y con iluminación ultravioleta, a modo de barrido general. La fotografía con luz ultravioleta puso de manifiesto que la sagrada imagen se encontraba repintada y patinada, delimitando las zonas intervenidas. Además, se realizaron estudios mediante imágenes médicas (TAC y RX) para un conocimiento profundo del estado de conservación interno y una inspección de huecos interiores mediante video-endoscopia.
• Estudio analítico: Su finalidad es el conocimiento de los materiales constitutivos de la obra tanto originales como los añadidos. Para ello se analizó la policromía con un estudio estratigráfico mediante lupa binocular y un análisis químico, con la finalidad de caracterizar la naturaleza orgánica e inorgánica de los estratos presentes y su cronología, identificando la especie a la cual pertenece la madera constitutiva del soporte de la imagen.
Para este estudio analítico sobre las muestras extraídas se han empleado las técnicas habituales de análisis de pintura artística, las cuales se enumeran a continuación:
– Microscopía óptica por reflexión y por transmisión: Esta técnica permite el estudio de la superposición de capas pictóricas, así como el análisis preliminar de pigmentos, aglutinantes y barnices.
– Espectroscopía: Este estudio se emplea principalmente en el análisis de las preparaciones y los componentes de recubrimientos o barnices.
– Microscopía electrónica de barrido/análisis elemental por energía dispersiva de rayos X (MEB/EDX): Se emplea para el análisis elemental de granos de pigmentos, con el fin de determinar de forma inequívoca la naturaleza de los mismos.
– Cromatografía en fase gaseosa acoplada a espectrometría de masas, para la determinación de sustancias lipófilas, como aceites secantes, resinas y ceras; y de sustancias hidrófilas, como las proteínas y las gomas – polisacárido (goma arábiga y productos afines).
Como resultado de los mismos, los laboratorios Larco Química y Arte S.L., ubicados en la capital de España, realizaron una datación de las diferentes policromías del rostro de Nuestra Señora de la Esperanza, llegando a las siguientes conclusiones:
• La policromía más antigua, presumiblemente, la original, tiene preparación de yeso fino y cola animal, rematada por una carnación fina en espesor y compuesta por una mezcla de pigmentos tradicional, muy al uso en el intervalo s. XVIII – primera mitad del siglo XIX.
• Sobre ella han encontrado 3 repolicromías. La inferior es oleosa y ya contiene sulfato de bario artificial, lo que es propio de finales del siglo XIX. Las dos superiores son de tipo óleo – resinoso y contienen ya pigmentos y molienda de finales del siglo XIX o algún momento posterior.
Por su parte, la fase del tratamiento de conservación y restauración se desarrolló en las siguientes etapas:
• Consolidación estructural del cuerpo: Extracción de elementos metálicos (puntillas y clavos de forja, sustituidos por espigas de madera), cierre de grietas y fisuras, aplicación de una resina acrílica en disolución orgánica para consolidar la madera calcinada del cuerpo, entrapado de las uniones, estucado, enrasado y reintegrado cromático del cuerpo.
• Tratamiento sobre la policromía: Fijación de las zonas con problemas de desprendimiento (sienes, frente y cuello). Test de solubilidad para la retirada de la suciedad superficial, la sustancia siliconada aplicada sobre la policromía y los repintes de la última intervención de D. Luis Álvarez Duarte. Además, se procedió a la reposición de estucos en las zonas de pérdidas y a la reintegración cromática de las pérdidas de policromía.
• Limpieza del vidrio de los ojos y de las lágrimas, consolidando, además, un tercio de la pestaña del ojo derecho.
• Ampliación y mejora de los sistemas de protección de la encarnadura: Corpiño, gorro y muñequeras.
• Sustitución de elementos funcionales: Brazos, candelero, sujeción de la corona, sujeción del aro de estrellas, sujeción del cuerpo al candelero, sujeción al paso procesional.