Redacción. La Penitenciaría Apostólica ha concedido a la Hermandad de Ntra. Sra. de Aguas Santas, de Villaverde del Río, un año jubilar con motivo del 450 aniversario de la aprobación de las primeras reglas fundacionales.
La petición fue solicitada por el Arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo, estimando no solo la antigüedad de la hermandad, sino la devoción que la imagen de la Santísima Virgen de Aguas Santas despierta entre sus fieles y devotos.
Así, la concesión de la gracia ha sido aprobada entre los días 22 de septiembre de 2021 y 21 de septiembre de 2022. Dicha gracia, ha asegurado el Arzobispo, “aportará grandes beneficios espirituales y pastorales a la feligresía de Villaverde del Río y a los devotos de la Santísima Virgen de Aguas Santas”.
Condiciones para ganar la indulgencia
Para ganar la Indulgencia Plenaria se requiere el cumplimiento de las siguientes condiciones:
Por un lado, la exclusión de todo afecto hacia cualquier pecado, incluso venial. Por otro, la confesión sacramental, comunión eucarística y la oración por las intenciones del Sumo Pontífice. Estas tres condiciones pueden cumplirse unos días antes o después de la ejecución de la obra enriquecida con la Indulgencia Plenaria; pero conviene que la comunión y la oración por las intenciones del Papa se realicen el mismo día en que se cumple la obra. Precisamente, se especifica que esta condición se cumple si se reza a su intención un solo Padrenuestro y Avemaría, pero se concede a cada cristiano la facultad de rezar cualquier otra fórmula, según su piedad y devoción.
Sobre la Hermandad
La corporación de Villaverde del Ríos se constituyó de facto el 22 de septiembre de 1571, si bien hay indicios de su existencia desde 1565. Asimismo, el párroco Mario García ha señalado que el fervor de la Virgen de Aguas Santas, patrona del pueblo, no es propio únicamente en la localidad, sino en toda la comarca y en la propia ciudad de Sevilla.
Además de la concesión del año jubilar, la hermandad ha previsto una serie de cultos y actos para celebrar esta efeméride, un acontecimiento que García espera que “remueva los cimientos de la fe de Villaverde del Río”.