M.C. Contreras. Las hojas de olivo se han empleado con fines medicinales desde la antigüedad. En muchas casas se han usado en forma de infusión como remedio casero para bajar la tensión. Numerosos estudios demuestran los beneficios de ingerir estas infusiones pero en la dosis adecuada.
Esto llevó a unos emprendedores a lanzar al mercado una bebida hecha a base de extracto de hojas de olivo, completamente natural. El resultado es un producto con un alto poder antioxidante.
Entre esos promotores se encuentra el sevillano Andrés Jiménez, que ha sabido sacar rendimiento a un producto natural, con una base en un producto que está a la vista. Y es que hay 66 millones de olivos solo en la provincia de Jaén, y a ninguna empresa se le había ocurrido hacer infusiones con las hojas, hasta que llegaron estos emprendedores.
Y es que, del olivo se comienza a aprovechar todo, como si de un buen cerdo ibérico se tratara. Además de las propiedades saludables del aceite de oliva virgen extra, desde hace muchos siglos las hojas de olivo han despertado el interés de muchos científicos para estudiar sus virtudes.
Aunque el proyecto surgió hace unos tres años, su puesta de largo en el mercado nacional en Madrid ha sido en la feria Biocultura. La bebida está elaborada con agua, extracto de hoja de olivo, extracto de grano de anís, ácido ascórbico (vitamina C) y edulcorante en forma de Stevia de cultivo ecológico de la provincia de Jaén.
Andrés Jiménez explica que «la aceptación del producto ha sido muy buena, ya que tras un primer lanzamiento de 5.000 unidades ha habido que hacer un segundo de 60.000 unidades”. Sus responsables destacan que su consumo tiene similares beneficios a los del aceite de oliva, pero sin aportación de grasas, y que sus polifenoles tienen un efecto protector sobre el organismo, y aseguran una acción antioxidante y ayudan a prevenir el daño del tejido oxidativo.
El producto se comercializa tanto en el mercado internacional y exportación, tras un primer envío a Suiza, un gran mercado de consumo de productos ecológicos. También existen contacto con empresas de California y de Países Nórdicos. Al llevar la certificación de producto ecológico, los mercados con más demanda mundial de este tipo de productos son prioritarios.
Jiménez añade que “el abanico de potenciales clientes del producto es muy amplio, desde personas con obesidad o problemas de peso, hasta personas con tensión arterial alta o que realicen una actividad física importante”. El producto ha nacido, y sus aplicaciones se cuentan por decenas.