Redacción. La Lavandería Central del Hospital Virgen del Rocío cumple 50 años lavando 10.000 kilos de ropa diarios, entre sábanas, toallas, pijamas, uniformes. Y funcionando los 365 días al año para dar servicio a 18 centros de Sevilla. En concreto, a la planta de tratamiento de ropa llegan prendas procedentes de todos los hospitales que forman parte del complejo de Virgen del Rocío, del Hospital Macarena, del Hospital de Valme y, desde este año, del Hospital de Emergencias Covid.
La lavandería es un edificio independiente, compuesto de una planta central donde se diferencian dos zonas: la zona de ropa sucia y la zona de ropa limpia, de 420 y 700 metros cuadrados respectivamente. En él trabajan más de 140 profesionales como personal de lavado y planchado, pinches y costureras, junto con los técnicos superiores de alojamiento que realizan la coordinación de todo el proceso de tratamiento de las prendas. Esta labor no solo destaca en volumen, manejando 3.400 toneladas de ropa al año, sino también en complejidad del procesado.
El tratamiento de la ropa comienza por la clasificación y continúa en el túnel de lavado. Dependiendo del tipo de prenda, el proceso de lavado requiere de unas características específicas, siendo los ciclos de lavado y secado diferentes. A través de un sistema informático, los trabajadores controlan todo el proceso y se adaptan a las necesidades de los hospitales. Tras la limpieza y desinfección, las prendas pasan a la zona de ropa limpia y se someten al proceso de secado, planchado, plegado y preparación de los envíos, de manera que la producción estaría lista para ser repartida a cada uno de los centros.
Lavandería
La distribución de las distintas áreas de trabajo se basa en el sistema de no coincidencia entre los circuitos de sucio y limpio para garantizar la higiene. Además, dispone de una barrera sanitaria, diseñada para hospitales, que evita el riesgo de contaminación cruzada y ofrece una calidad higiénico-sanitaria óptima.
La lavandería fue renovada en 2018, incluyendo la dotación de tecnología de última generación que permite automatizar tareas muy pesadas para los trabajadores, como por ejemplo estirar o doblar las prendas húmedas. Desde esta fecha, cuenta con dos líneas de planchado nuevas, un nuevo túnel de forma, una lavadora y una secadora también nuevas. Ello ha supuesto una inversión de 3,7 millones de euros que ha permitido la mejora de la producción, automatizando procesos y favorecido la confortabilidad de los profesionales que realizan estas tareas. Además, contribuye a reducir el impacto en el medio ambiente ya que genera menos residuos y consume menos energía.
En el último año, y debido al incremento de la necesidad de procesado de textil sanitario por la pandemia, se ha realizado una nueva renovación de maquinaria, adquiriendo un túnel de lavado que incluye secadoras y desliadoras y una calandra. También se ha renovado el sistema de climatización de la planta central, siendo la inversión de 1,4 millones de euros. Estas reformas han supuesto una centralización y modernización de todo el proceso, lo que ha permitido dar respuesta a la alta demanda que tiene este servicio.
Impacto de la pandemia COVID
La pandemia por COVID ha tenido un gran impacto en todo el proceso de lavado y desinfección. Los protocolos establecidos con motivo de la pandemia han supuesto un esfuerzo ingente en tiempo récord. Entre las modificaciones y novedades que se han introducido en el circuito destaca el uso de bolsas hidrosolubles (bolsas en las que se introduce la «ropa COVID»), lo que permite que se puedan introducir directamente en el túnel de lavado y así evitar que el personal manipule la ropa sucia.
A mediados de 2020 se implantó en todos los centros pertenecientes al Hospital Virgen del Rocío un novedoso sistema para la trazabilidad y dispensación de uniformes tras su desinfección, lavado y planchado, mediante la inserción de un chip en cada una de las prendas que permite su entrega y recogida automatizada. Con este sistema informático, que utiliza tecnología RFID, es posible conocer el inicio del servicio, el número de lavados, el tipo de prenda, el hospital y la unidad.
Este sistema de trazabilidad ha conseguido prestar un servicio óptimo de entrega de la uniformidad disponible (casaca, pantalón) en distintas zonas del centro, así como la instalación y puesta en marcha de diversos equipos de almacenamiento y sistemas de control de entrega de ropa sucia, que se adecuan a las necesidades del hospital.
Centralización de la lencería
En estos momentos este servicio se encuentra inmerso en el proyecto de centralización de la lencería, estando prevista su puesta en marcha a lo largo del último trimestre de año y comenzando con la lencería del Hospital General.
Se ha creado un espacio que cuenta con 1.400 metros cuadrados distribuidos, por una parte, en una zona tipo pradera para la preparación de los pedidos, y por otra en una zona de administración, además de un almacén central tanto para el textil nuevo como para el procesado.
Este proyecto supondrá la liberalización de espacios para destinarlos a la actividad asistencial, generar un trabajo dinámico para el personal de lavandería, ampliar la cartera de clientes a nivel provincial para consolidar el modelo de Lavandería/Lencería Provincial y así adecuar la cartera de servicios a las nuevas necesidades.
Por último, su modelo de gestión centralizado supone una integración total de la prestación del servicio de lavandería y lencería (tanto en el área de logística como en los procesos de licitación pública y contratación), consiguiendo alcanzar el objetivo primordial: agilización, protocolización y homogeneización de todo el proceso con el fin de garantizar un servicio de calidad, imprescindible para poder prestar una asistencia sanitaria excelente a los usuarios.