La parroquia del Sagrario de Sevilla, ubicada entre la avenida de la Constitución y la calle Alemanes, reabrirá sus puertas el próximo 23 de noviembre con ocasión de la festividad de San Clemente y la procesión de la Espada de San Fernando, que tradicionalmente recorre las naves catedralicias y que este año discurrirá también por el interior del templo anexo a la Seo hispalense una vez culminados los trabajos de rehabilitación.
Cada 23 de noviembre se conmemora la reconquista de la ciudad por Fernando III con dicha procesión, en la que el alcalde, José Luis Sanz, portará la reliquia del Santo Rey, denominada Lobera, blandida en forma de cruz, mientras que el concejal más joven de la Corporación, Blanca Gastalver, llevará el Pendón de San Fernando. Este año, además, coincide con el 775 aniversario de la restitución del culto cristiano.
En los tres días posteriores (24, 25 y 26), en la parroquia del Sagrario, sede canónica de las hermandades del Cristo de la Corona y la Sacramental, habrá jornadas de puertas abiertas para contemplar el resultado de la restauración llevada a cabo durante los últimos cuatro años –tiempo en el que ha permanecido cerrada al culto– antes de su inauguración oficial, mediante una ceremonia religiosa, el 1 de diciembre (20,00 horas), presidida por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses.
Hace justo dos años, el Cabildo Catedral anunció que retomaba las obras de restauración de la parroquia del Sagrario. La «progresiva normalización» de la visita cultural en la Catedral, con la «consiguiente recuperación económica», permitía reiniciar unos trabajos a los que el Cabildo daba prioridad, dada la necesidad de la actividad pastoral de la citada parroquia, que hasta la fecha se ha desarrollado en la Capilla Real de la Seo hispalense.
La parroquia del Sagrario cerró su puertas en noviembre de 2019 por el inicio de obras de recalce y rehabilitación parcial en el mismo. Tras varios años de estudio sobre las patologías del edificio y el seguimiento de fisuras en muros y bóvedas, patologías presentes desde el inicio de su construcción, se puso de manifiesto la necesidad de intervenir para corregir los citados desperfectos.
En unos meses, además, se iniciará la restauración del extraordinario retablo mayor, una joya de Dionisio de Ribas, Pedro Roldán y Valdés Leal.