EP. La Universidad Pablo de Olavide (UPO) de Sevilla ha adjudicado por algo más de 1,29 millones de euros las obras de ampliación del animalario para la experimentación con animales de laboratorio, con la que garantiza los recursos necesarios para «el crecimiento de los grupos más fuertes de la UPO en el ámbito de la Biotecnología, la Neurociencia y la Fisiología», y la «atracción de nuevos investigadores».
Las obras, que tienen un plazo de ejecución previsto de cuatro meses y que realiza la empresa Germán Gil Senda S.A., se financian con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) de la Unión Europea y, tras su culminación, la institución académica confía en asegurar «un ritmo adecuado de desarrollo en los próximos años de los grupos cuyos proyectos de investigación usan como modelo animal los ratones control y genéticamente modificados», explican fuentes de la UPO a Europa Press.
La ampliación del animalario da servicio «directo y rutinario» a grupos de investigación de seis departamentos y centros, siendo los más punteros el Centro Andaluz de Biología de Desarrollo (CABD, centro mixto de la UPO y el Consejo Superior de Invesigaciones Científicas –CSIC–), el Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (Cabimer), la Unidad de Excelencia ‘María de Maeztu’ de Regulación Génica y Morfogénesis (dependiente del CABD) y el Instituto de la Grasa, del CSIC, entre otros.
Investigaciones
«Varios grupos de investigación locales, andaluces, nacionales, como la Universidad de Barcelona, Instituto Cajal y el Instituto de Neurociencias de Alicante, entre otros; e internacionales (University of Cambridge) ya están utilizando nuestras infraestructuras de animalario tanto para experimentación como para estabulación temporal. Con esta ampliación, se permite a grupos externos e internos desarrollar nuevas líneas de investigación y proyectos, así como establecer nuevas colaboraciones que en la actualidad no pueden llevarse a cabo por falta de espacio», señalan las fuentes académicas.
Los usuarios de esta infraestructura son investigadores que poseen «unas sólidas e importantes líneas de investigación», en concreto hasta 12, apostillan en la UPO, que, actualmente, tiene constituido el Comité Ético para la Experimentación Animal, que a su vez está autorizado como Órgano Habilitado por la Junta de Andalucía y que «asegura que todos los proyectos de investigación cumplen con la legislación vigente y aseguran el bienestar de los animales y el cumplimiento de las buenas prácticas de investigación».