Redacción. La Universidad de Sevilla, a través del Servicio de Atención a la Comunidad Universitaria (US), va a ofrecer a partir de febrero de 2024 –inicio del segundo cuatrimestre del curso– un programa de intervención para la prevención del estrés y de la ansiedad para lo que está trabajando ya en el diseño del mismo. Dicho programa se pone en marcha en el marco del desarrollo de la Unidad de Psicología Aplicada (UPA) y con objeto de «reforzar la atención a la salud mental y el bienestar emocional» que derivan de los estudios realizados entre los estudiantes, como el último encargado por el Ministerio de Universidad, en colaboración con el de Sanidad, titulado ‘La salud mental en el estudiantado de las universidades españolas’, y por ser un servicio que viene recogido en la nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU).
Dicha radiografía, que contó con una muestra nacional de 59.605 estudiantes participantes de los cuales 2.169 lo eran de la Universidad de Sevilla, señalaba que más del 50% de los estudiantes han «percibido la necesidad» de apoyo psicológico por problemas de salud mental recientes, un porcentaje que se repetía en el caso de los universitarios que reconocen haber consultado alguna vez con algún profesional sanitario por un problema de salud mental.
Ana López, vicerrectora de Servicios Sociales, Campus Saludable, Igualdad y Cooperación, explica a Europa Press que están analizando el estudio del Gobierno con el objetivo de que a partir de febrero pueda estar operativo un programa de prevención de la ansiedad y el estrés mediante talleres grupales o actividades que irán más allá de la atención psicológica individualizada que ofrece la Universidad desde hace años y a demanda de los usuarios. Ahora, insiste López, lo que se busca es prevenir esa ansiedad y estrés a fin de frenar derivas mayores, como puede ser el caso de la depresión.
Ya ha habido centros que han solicitado estos servicios de prevención de la ansiedad y el estrés, como es el caso de la Facultad de Medicina y algunos programas de doctorado. La vicerrectora adelanta que los talleres que se pondrán en marcha –al estilo de los que ya existen por ejemplo para dejar de fumar– serán «cortos» y estarán «bien secuenciados» para facilitar la participación de la comunidad universitaria.
El servicio de asistencia psicológica individualizada ha realizado hasta el pasado 1 de septiembre de 2023 un total de 1.077 sesiones en las que ha atendido a 494 personas, de las cuales 388 han sido estudiantes; 52 Personal Docente e Investigadores (PDI) y 54 Personal de Administración y Servicios (PAS). Los datos empiezan a parecerse a los de 2019, año anterior a la pandemia, cuando fueron 457 las personas atendidas y 1.248 las sesiones realizadas. El mayor pico se registró en 2021, con 742 universitarios atendidos en 1.741 sesiones, según los datos facilitados por la US.
En el caso de los estudiantes, el colectivo más numeroso en el servicio de asistencia psicológica individualizada, sólo el 6% acude a pedir ayuda por ansiedad o estrés derivado de cuestiones académicas –estudio, exámenes, tesis doctorales–. En torno a un 20% acude por episodios vitales estresantes, como la pérdida de un familiar o crisis relacionadas con el consumo de sustancias estupefacientes. El resto de los estudiantes buscan ayuda por baja autoestima y temor a defraudar, explica Ana López.