Redacción. El Grado en Ciencias Ambientales de la Universidad Pablo de Olavide ofrece unos estudios que se han convertido en una parte importante de la necesaria transición a un sistema más sostenible y resiliente, no en la sociedad del futuro, sino en la actual. Ya sea como educadores, investigadoras o técnicos de medio ambiente en organismos públicos o del sector privado, los ambientólogos y ambientólogas han ido adquiriendo relevancia profesional y académica gracias a que la sostenibilidad y la salud ambiental han pasado a ocupar las portadas de los medios de comunicación y se ha extendido cierta conciencia social sobre el cambio climático.
El decano electo de la Facultad de Ciencias Experimentales, centro de la UPO que oferta estos estudios, Juan Carlos Rodríguez Aguilera, cree fundamental desterrar dos ideas equivocadas sobre este Grado: “por un lado, que se trata de una disciplina que tiene pocas salidas profesionales, porque la realidad que hoy vivimos nos dice justamente lo contrario; y, por otro lado, que hay pocas personas profesionales formadas en medio ambiente, cuando se trata de una materia de amplia tradición académica que cumple 25 años el próximo curso”.
Las licenciadas y graduados en Ciencias Ambientales son profesionales técnicos multidisciplinares en el ámbito del medio ambiente. Su titulación les permite una orientación específica hacia los aspectos de gestión medioambiental, planificación territorial y técnicas ambientales. Por lo tanto, estos estudios cumplen con el objetivo de crear personas expertas en el conocimiento de las relaciones entre las actividades humanas y el medio físico y biológico, en sus implicaciones socioeconómicas y en las aplicaciones tecnológicas para la prevención y corrección de los problemas ambientales.
Mientras asistimos a efectos del cambio climático como una Dana o gota fría, que se traduce en pérdidas económicas, de patrimonio natural y efectos sobre la salud de las personas, la Educación Ambiental propone concienciar y actuar más y mejor con el objetivo de paliar unos efectos que ya no son puntuales, sino que han venido para quedarse.
Entre otras áreas de actividad, estas personas profesionales pueden encargarse de la prevención y el control de la contaminación, el ecoetiquetado, sostenibilidad ambiental, evaluación y restauración de ecosistemas, análisis y gestión de la biodiversidad, ordenación y gestión del territorio, recursos naturales, salud y educación ambiental, movilidad, residuos, diseño y valoración del paisaje, edificación y obras, impacto ambiental, cambio climático y energía, economía verde, acústica, ecoturismo o ecoinnovación.
El Colegio de Ambientólogos y Ambientólogas de Andalucía (COAMBA), como máximo órgano público de representación de las personas licenciadas y graduadas en Ciencias Ambientales y de los y las profesionales del medio ambiente en Andalucía, se ocupa de la defensa de la profesión y participación en normativa y procesos públicos. Además, entre otras acciones, ofrece el Registro de Peritaje Ambiental de Andalucía; el visado de proyectos, memorias técnicas e informes; y se encarga de impartir formación propia y especializada, así como la gestión de ofertas de empleo y orientación laboral. La nueva presidenta de COAMBA, Rosario Vargas Pacheco, es egresada de la Universidad Pablo de Olavide.
La Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad Pablo de Olavide, además del Grado en Ciencias Ambientales, oferta el Doble Grado con Ingeniería Agrícola y el Doble Grado con Geografía e Historia; así como el Grado en Biotecnología, con la posibilidad del Doble Grado con Licence Mention Sciences de la Vie con la Universidad de Rennes, y el Grado en Nutrición Humana y Dietética.