Fermín Cabanillas. Justo cuando la Cuaresma se acercaba a pasados agigantados en el calendario, la empresa ‘La croqueta coqueta‘, que tiene su sede central en la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta, creó sus croquetas de torrija. Era una idea que surgió de forma experimental, pero cuando terminó la Semana Santa se habían vendido más de 500 kilos.
Se trataba de echar de menos las cofradías lo menos posible, y ahora ha llegado la semana de la Feria de Abril. De la cocina de José María Tavallo ha salido algo que nadie parecía haber pensado hasta ahora: mezclar algo tan andaluz como las croquetas con algo tan evocador de una feria como los churros con chocolate.
Las croquetas de churros con chocolate ya están a la venta en la carta de la empresa sevillana. Y su esencia es la misma que la del resto de croquetas de su catálogo, ya que se cocinan todos los componentes en la sede de la empresa en la calle Blas Infante, donde se mezclan para lograr el producto final.
«Intentamos poner un punto original en la cocina, y a la vez ayudar a que la nostalgia por las fiestas que no estamos celebrando pase lo antes posible», subraya Tavallo.
Más croquetas de feria
Pero no solo se ciñe la carta a las croquetas de churros con chocolate si se habla de feria. Este lunes, la lista se ha completado con croquetas de pulpo a la gallega, de cazón en adobo o de cordero con dátiles. Para finales de la semana, se pondrán comprar las de atún ahumado con leche de coco y carbonara con portobelos.
Falta solo saber qué aceptación tiene la idea y cuál es la siguiente que pasa por la mente de Tavallo y su equipo.