Por @JesusRivilla
Profesor de Universidad (INEF-UPM)
Preparador Físico de la Selección Española de Balonmano
Ayer recibí tu petición –nada infrecuente, por cierto– de consejo sobre cuál era, en mi opinión, la formación indispensable para tu mejora profesional. Algo así como ¿Qué libros o cursos me recomiendas para mejorar mis competencias? No pude evitar recordar al Jesús que hace varias décadas cuestionaba a sus mentores sobre ese mismo particular. Me alegra saber, querido alumno, que tus inquietudes reman más allá de los contenidos lectivos. Me entusiasma, estimada alumna, que intuyas que existe formación que no recibes en las aulas y que, sin embargo, es esencial para el ser humano.
Primero, debes saber que muchos contenidos que forjan el carácter y multiplican tus posibilidades de éxito profesional y personal no están en ningún currículo, ni se les espera. Es probable que ya te hayas percatado de que un buen número de tópicos cruciales no aparecen en los libros que has estudiado. Entendería que te indignaras al saber que gran parte de las habilidades que determinan el rendimiento profesional –y el bienestar personal– apenas son esbozadas, cuando no ninguneadas, en el sistema educativo. Tampoco parecen formar parte del día a día de la mayoría de familias, sencillamente no están presentes como pilares de nuestra educación.
Así está el patio, esta es la situación actual, el tablero donde vivimos, ojalá estés intentando cambiarlo –como yo– o lo hagas en un futuro pero, mientras tanto, conviene centrarte en hacer por ti mismo lo que el sistema y tu entorno no hace. He aquí 13 temas –sí, 13–, contenidos y habilidades decisivas para lograr una buena vida.
* Apunte: no recomiendo más de uno o dos libros sobre cada temática para evitar un exceso de extensión.
1.- Felicidad. No es broma. Es un tópico sobre el que se ha escrito desde hace siglos y cuya ciencia actual es inmensa, útil y certera. La cuestión es que todos deseamos la felicidad, de boquilla la situamos como el objetivo principal de nuestra vida. Sin embargo, nuestra formación no incluye un solo minuto de esta temática.
Al poco de comenzar, descubrirás que los científicos actuales están alineados con muchas de las reflexiones de los autores clásicos de obligada lectura. Pon realmente la felicidad en el centro: lee sobre ella, reflexiona, discute, saca tus propias conclusiones y vuelve a empezar. No puedo describirte con palabras el impacto que esto tendrá sobre tu vida personal y profesional.
Recomendación para que empieces:
2.- Tratar a las personas. No cometas el error de infravalorarla, pensar que ya sabes hacerlo y no necesitas formación, es típico de las personas incompetentes inconscientes
Tampoco pienses que es una habilidad fácil o de sentido común. Saber tratar a la personas no es sonreír a todos, ni decir que sí siempre (o no saber decir que no a nada), ni adular sin parar, ni decir a cada cual lo que quiere oir…
Exige formación, reflexión, práctica y análisis. Se necesitan meses, cuando no años, para lograr un nivel básico.
Recomendación para que empieces:
3.- Desarrollar tu talento. No se trata de saber si serás quien suceda a Messi, Penélope Cruz o Rafa Nadal. Se trata, en primera instancia, de descubrir tus habilidades: aquello que te diferencia y para lo que tienes cierta facilidad; y en segunda instancia, de saber cómo potenciarlas y aprender estrategias para sacarles el máximo partido.
No pienses que te será fácil, a muchas personas les cuesta décadas descubrirse a si mismas y atreverse a invertir horas en su talento. Otras necesitan compatibilizar tiempo en su talento con otros trabajos hasta que logran ganarse la vida a través de su pasión. Algunas jamás consiguen saber qué les apasiona realmente y, por ende, nunca logran experimentar el poder de una vida con significado.
En este caso, dos recomendaciones, una para descubrir tu talento y otro para potenciarlo:
4.- Perseverancia. No es echarle huevos o ir a muerte a por tus metas –que también–, es el cóctel que mezcla determinación, compromiso y paciencia.
La perseverancia es, a la luz de los estudios científicos, la característica más determinante para lograr cualquier meta ambiciosa. Insisto, es más que coraje y valentía, es mantenerte firme ante los obstáculos, es continuar luchando a pesar de los fracasos y los golpes, es conservar la esperanza a lo largo del tiempo, es darte siempre una oportunidad más…
Dudo que pueda alcanzarse cualquier meta ambiciosa sin perseverancia. Lee, mira vídeos, reflexiona y conversa sobre esta capacidad pero, sobre todo, entrénala. Cada día tienes decenas de oportunidades.
Dos recomendaciones para que empieces:
5.- Aprender del error – lecciones del fracaso. A poco que lo hayas intentado, ya sabes lo complicado que es aprender del fracaso, aceptar un error, digerir una derrota o asimilar una gran cagada. Muchos dicen estar haciéndolo pero basta rascar ligeramente para descubrir que no hay nada aprendido detrás del error. En el mejor de los casos, una retahíla de tópicos abstractos como “hay que aprender del error para no volver a cometerlo”, “debo analizarlo bien y sacar algunas conclusiones”… En el peor de los casos, encontramos la negación del error –no asumir ninguna responsabilidad, culpar a los demás, al destino o a la suerte– y también el resentimiento.
Sacarle partido al error o extraer lecciones a partir de un fracaso exige humildad, autorresponsabilidad, análisis y planificación. La habilidad de aprovechar los errores para mejorar es decisiva pero supone, como todas las grandes virtudes, tiempo, esfuerzo e inteligencia. Por el contrario, no aprovechar los propios errores te aboca al estancamiento, a la frustración y a sentirte al amparo de la suerte.
Recomendación para que empieces:
6.- Motivación. No te equivoques, no va del palo y la zanahoria. La ciencia actual de la motivación es amplia y sorprendente. Descubrirás que el disfrute solo es una parte de la ecuación, que necesitas objetivos retadores, que se requiere tomar conciencia de la propia mejora –dominio y maestría– y que una parte esencial de la motivación depende de poseer autonomía.
Sin motivación dudo que logres hacer nada realmente bien y mucho menos disfrutar del proceso. La motivación es la gasolina del alma en cualquier tarea que emprendas.
Recomendación para que empieces:
7.- Hábitos. No es leer frases de autoayuda. Necesitas conocer cómo se adquiere un hábito – o cómo se sustituyen los nocivos – y controlar su evolución.
Es tomar conciencia de que cualquier cosa que quieras hacer bien requerirá repetición y tiempo. Repetición y tiempo. Sin hábitos adecuados, olvídate de avances significativos: nadie logra hacer nada realmente bien sin repetición sistemática.
Recomendación para que empieces:
8.- Tomar decisiones. Nadie escapa de tomar decisiones a diario. Rápidas o lentas, relevantes o banales, profundas o superficiales,… Incluso no hacer nada o que alguien tome decisiones por ti supone estar decidiendo precisamente eso.
Saber decidir, valorando las posibles consecuencias a corto y largo plazo, los beneficios, pérdidas, peajes o tiempo de cada opción es sencillamente crucial. Tus decisiones, seas consciente o no, marcan tu destino más que cualquier otra circunstancia.
Recomendación para que empieces:
9.- Influencia. Pese a que muchos pensadores han escrito sobre técnicas de persuasión e influencia a lo largo de la historia, es en las últimas décadas cuando desde la psicología social se está demostrando científicamente que podemos aumentar nuestras posibilidades de respuesta positiva si sabemos qué decir, cómo decirlo y qué hacer justo antes de nuestra petición.
Formarte en “cómo influir en las personas” no sólo te ayuda a convencer a los demás sino que te protege contra “vendedores” sin escrúpulos que utilizan estas estrategias para la manipulación.
Recomendación para que empieces:
10.- Comunicación. El mundo no percibe lo que quieres decir sino lo que dices, cómo lo dices y cuándo lo dices. Cualquier habilidad que tengas puede multiplicarse –o dividirse– según la comunicas. Creo sinceramente que no es posible tener una relación óptima con tu entorno si no sabes comunicar tus sentimientos, conocimientos y principios con eficacia.
La habilidad de comunicar debería formar parte de los contenidos educativos en todos y cada uno de nuestros años lectivos.
En esta ocasión, dos recomendaciones, una orientada a la oratoria en general y otra a las conversaciones en particular:
11.- Gestionar conflictos y negociar. Discusiones, conversaciones que terminan en riñas, pugnas, discrepancias, debates y peleas forman parte de la vida desde nuestra infancia hasta que morimos. Por mucho que intentes evitarlas, te encontrarán. Y será aún peor por tu incompetencia.
Saber gestionar conflictos evita sufrimientos y aporta aprendizajes invaluables, tanto es así que quienes saben hacerlo hablan de los conflictos como una fuente portentosa de crecimiento.
Mención especial merece la capacidad de negociar que se pone de manifiesto tanto en una revisión de examen como en cualquier compra-venta, pasando por infinidad de “tiras y aflojas” en el trabajo, con tu familia y amigos. Tus habilidades negociadoras son imprescindibles para luchar eficazmente por tus intereses y, más aún, para minimizar los daños en una situación adversa.
Recomendación para que empieces:
12.- Gestión del tiempo. Vivimos una era compleja donde la sobreocupación está presente en gran parte de la población. Las prisas, el estrés diario, la renuncia a cosas tan básicas como el descanso, el tiempo familiar de calidad o la inactividad física son una característica habitual a la mayoría de la población. Entre el día que desearíamos tener y el que tenemos media una distancia inmensa.
La única posibilidad de romper este círculo pasa por responsabilizarnos de nuestro tiempo. La habilidad de invertir tu tiempo en aquello que realmente te llena es tan crucial como compleja de adquirir, comienza cuanto antes.
Recomendación para que empieces:
13.- Educación-Liderazgo*. Me sorprende e indigna a partes iguales el nulo interés de muchos padres –y desgraciadamente algunos profesores– por aprender y actualizarse sobre los principios y técnicas para educar y liderar eficazmente.
Tópicos como “cada maestrillo tiene su librillo”, “no hay dos niños/personas iguales”, o frases como “educar es un arte” han relegado a un segundo plano a la robusta ciencia de la educación. Todos deberíamos tener unas nociones básicas sobre educación y liderazgo, tanto para liderarnos-educarnos a nosotros mismos como para incidir positivamente en nuestros contextos.
Recomendación para que empieces:
Por último, me gustaría recomendarte algunas lecturas clásicas, más generales, pero igualmente constructivas. Podrían encuadrarse dentro de un apartado denominado “la buena vida”, clásicos que a lo largo de los siglos no han perdido ni un ápice de validez:
Como punto final, deseo animarte a leer novelas que te atrapen, de personajes que te cautiven, ya que una buena historia es infinitamente más que entretenimiento. Una buena historia, jamás lo olvides, logra transmitir lecciones vitales con una fuerza difícil de semejar en cualquier ensayo. Una historia cautivadora se graba en nuestro cerebro de forma indeleble hasta el final de nuestros días.
Ahora te toca a ti, querido alumno, dar un paso adelante en tu formación vital. Quizás esperabas una respuesta escueta. No es así. Estimada alumna, el camino que fragua una personalidad propia y lúcida no es corto, ni fácil y, lo más importante, no tiene fin.