Redacción. La Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía ha iniciado el procedimiento para la inscripción en el Catálogo General de Patrimonio Histórico, como Bien de Interés Cultural, de las tres salas de cine y espectáculos localizadas en el centro de Sevilla. Al incoar el expediente sobre los cines Cervantes, Llorens y Trajano de Sevilla, los bienes quedan automáticamente protegidos en tanto se completa la tramitación.
Los tres edificios son exponentes relevantes de todo un elenco de salas para espectáculos que existieron en el centro de Sevilla recientemente, si bien sólo el Cine Cervantes sigue manteniendo en la actualidad su uso original.
La catalogación como BIC aplicada a los bienes en cuestión, máxima figura de protección de la ley andaluza y estatal, reconoce los valores patrimoniales no sólo de los bienes inmuebles sino también de los diversos elementos constitutivos como decoración, y en su caso, utensilios y mobiliario esencial y vinculado, además de su componente histórico e identitario para la población sevillana.
La incoación está enmarcada en el interés de la Administración andaluza por catalogar bienes representativos y exponenciales de nuestra cultura.
Su protección se ha priorizado teniendo en cuenta la iniciativa del Pleno del Ayuntamiento de Sevilla y de numerosas solicitudes de la ciudadanía, desde donde se ha facilitado información y documentación.
Valores Patrimoniales. Inaugurado el 13 de octubre de 1873, el inmueble que alberga el Cine Cervantes se construye inicialmente como Gran Teatro Cervantes, según proyecto del arquitecto Juan Talavera de la Vega. En los años cincuenta del pasado siglo XX se reforma con el fin de actualizar su funcionalidad a los requerimientos de una gran sala de proyección, pero conservando sus principales características y espacios originarios, como el escenario, patio de butacas, galerías y palcos.
El inmueble del antiguo Cine Llorens, construido a partir del antiguo Teatro Llorens, obra de José Espiau y Muñoz, es todavía un exponente singular de las arquitecturas escénicas locales y constituye el escenario de la primera proyección fílmica sonora realizada en la ciudad. Su estilo arquitectónico queda situado en un punto evolutivo intermedio entre las habituales soluciones de las salas de variedades y las salas de teatro a la italiana, o las salas de cine de los años 40 y 50. En su última reforma en profundidad, la sala se adapta plenamente para el cinematógrafo, con cubierta opaca y cabina de proyección, si bien conserva su planta rectangular, con galerías perimetrales.
El edificio conocido como Cine Trajano, antes Salón de Variedades Lido, es un inmueble de una indudable calidad arquitectónica, obra del arquitecto Aníbal González. Ejemplifica los patrones del regionalismo, evidentes en especial en sus rasgos compositivos y estilísticos, y en el trazado y ejecución material de sus fachadas y galerías del patio de la sala.