Fermín Cabanillas. Carrefour ha incorporado al surtido de sus tiendas de Sevilla los productos del Convento de Santa Inés, ubicado en el centro histórico de la ciudad andaluza. Sus famosos dulces se pueden encontrar a partir de hoy en los ocho hipermercados de la cadena en Sevilla.
De este modo, los clientes pueden adquirir los tradicionales productos elaborados por las hermanas Franciscanas Clarisas, entre los que se encuentran las tortas de aceite, almendradas, magdalenas caseras, tortas de chocolate y cortadillos de cidra. En el surtido de Carrefour, se ofrecen también los famosos bollitos de Santa Inés, cuya receta se remonta al 1600, y que se elaboran de forma artesanal con productos naturales y sin ningún tipo de aditivos.
Esta acción responde al compromiso de la compañía con las pequeñas y medianas empresas, con dificultades en sus canales de venta habituales a consecuencia de la situación actual. La empresa de distribución pone a disposición de sus clientes un surtido amplio. Tienen cabida tanto los productos de grandes empresas nacionales, como los de pequeñas y medianas empresas de cada una de las regiones en las que la cadena está presente.
Historia
El Convento de Santa Inés de Sevilla, situado en la céntrica calle Doña María Coronel de esta ciudad, lo funda en el año 1374 una dama de ilustre familia sevillana, María Coronel, viuda de Juan de la Cerda. Esta fundación la lleva a cabo en el solar del palacio familiar de su padre, el señor de Aguilar, al que luego añadieron algunas casas contiguas, como la de Juan Rodríguez Tello, sobre la que posteriormente se levantaría la iglesia. Un total de cuarenta mujeres ingresaron en este convento en el momento de su fundación.
La web Conventos de Sevilla cita que al patio del obrador se accede cruzada la logia que encontramos en el compás conventual, se trata de un patio de pequeñas dimensiones uno de cuyos lados es parte de la medianera sur del convento. Presenta doble arcada en dos de sus frentes y en él se ubican las dependencias dedicadas a la elaboración de los famosos dulces conventuales: almacenes, cocina, obrador, horno, etc.
En el obrador las monjas elaboran sus afamados dulces: bollitos de Santa Inés cuya receta fue legada por la propia fundadora y otros dulces tradicionales como tortas de aceite, tortas de polvorón, sultanas, magdalenas, cortadillos y los navideños mantecados y roscos de vino.
Se pueden adquirir durante todo el año en el torno del convento, aunque ahora salen de sus muros para llegar a los lineales de Carrefour.