Redacción. Los capellanes y voluntarios de la Pastoral Penitenciaria de Sevilla, a propósito de la solemnidad de la Epifanía del Señor, visitaron este martes 4 de enero, a más de 2.500 privados de libertad para compartir con ellos la esperanza y la alegría, en medio de una jornada social y evangelizadora.
El sacerdote trinitario, Ángel García, delegado diocesano de esta pastoral, agradeció el esfuerzo, implicación e ilusión de las personas e instituciones que hicieron posible compartir con la población reclusa en cinco centros penitenciarios, unas jornadas “alegres y de apoyo al hermano que lo necesita”.
Reconoció que una vez más, “Sevilla ha mostrado su generosidad y se ha volcado para hacer de esta jornada una experiencia maravillosa”.
García expresó que los Reyes Magos llegan para todos, “incluso para los privados de libertad, que han recibido con mucha gratitud nuestra visita” y, resaltó especialmente la presencia de madres con niños pequeños “que recibieron con enorme entusiasmo los presentes recibidos”.
Los privados de libertad recibieron una mochila con camisetas y calcetines, mantecados y polvorones, objetos de aseo, detalles personales y caramelos, presentes que “a los presos les hace mucha ilusión porque por normativa está prohibido introducirlos en la cárcel”, asegura Félix Quijada, diácono y voluntario de Pastoral Penitenciaria.
También, la Pastoral Penitenciaria ha obsequiado los Evangelios a los presos que acuden a la Misa dominical.
27 años de tradición
La tradición de que los Reyes Magos se acerquen a la cárcel se remonta a 1994 cuando el sacerdote Leonardo Castillo, junto con el Capellán de la extinta prisión de Sevilla (La Ranilla) organizó este evento de llevar unos regalos a los presos. “Una tradición que se mantiene y se realiza minuciosamente cada año y en cada Centro Penitenciario de Sevilla”, resalta el delegado diocesano de Pastoral Penitenciaria.
Según explica, “llevar a cabo esta empresa supone esfuerzos, entrega, servicio y disponibilidad. También, la aportación económica imprescindible para la compra de los regalos, así como la inestimable colaboración de las diversas fábricas de mantecados y polvorones de Estepa. En la aportación económica siempre hemos contado con la Obra Social de La Caixa, con Caritas diocesana y el Arzobispado”.