C.P.G. La tromba de agua caída a primera hora de la tarde, que sembró de granizos las calles, impidió que salieran las hermandades de Los Negritos, La Exaltación, Las Cigarreras y Montesión, pero los cofrades optaron por acercarse a ver los pasos en sus templos, además de participar en los oficios del Jueves Santo, la misa In coena Domini, y la tradicional visita a los Sagrarios. Los partes meteorológicos mejoraban las previsiones a lo largo de la tarde, por lo que las hermandades de la Quinta Angustia, el Valle y Pasión sí pudieron hacer su estación de penitencia, de modo que la jornada tuvo dos partes claramente diferenciadas.
Las primeras cofradías no tardaron en tomar la decisión. Pese a que el sol lució durante la mañana, las previsiones no dejaban lugar a dudas. Eso sí, el anuncio desde el interior de Santa Catalina se hizo de rogar. La hermandad volvía a vivir un Jueves Santo en Santa Catalina y se hacía más cuesta arriba mantener cerrada las puertas tras 14 años en el exilio por las obras. Pero tras el culto interno, las puertas se abrieron entre las 19 y las 21 horas para recibir la visita de los sevillanos. También la capilla de la Fábrica de Tabacos abrió sus puertas durante toda las tarde (hasta las 20.30 h.) para que los fieles pudieran ver los pasos del Señor Atado a la Columna y Azotes y la primorosa Virgen de la Victoria.
En el interior de la capilla de Los Ángeles, los pasos de Los Negritos, primorosamente exornados por Javier Grado, volvieron a llamar la atención y la pesadumbre por no poder realizar esta estación de penitencia se fue aliviando con el horizonte puesto en el 18 de mayo, día de la coronación canónica de la Virgen de los Ángeles.
La noticia desde la calle Feria tampoco se hizo esperar. La hermandad de Montesión, que estrenaba este Jueves Santo nuevas túnicas para los apóstoles, de Soledad Rodrigo, además de la restauración de los Evangelistas del misterio, por David Segarra, tampoco encontró alternativa.
Peso pasada la tormenta, llegó la calma y el parte de la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología) de media tarde dejaba claro que no volvería a llover. A partir de las 20 horas se dibujó un Jueves Santo bien distinto. Las buenas noticias también se conocieron en cascada. La Quinta Angustia, el Valle y Pasión fueron anunciando su salida, aunque con cierto retraso respecto a los horarios oficiales. Los cofrades se sintieron redimidos y en masa acudieron a ver en las calles estas tres cofradías, preludio de la Madrugá.
El Cristo del Descendimiento, sobre su galeón exornado con claveles rojos, sigue sobrecogiendo con su crujido sea en la salida o a su paso por el Arco del Postigo, o en una abarrotada calle Arfe que contiene la respiración al verlo pasar. La elegancia de los tres pasos del Valle, acompañados con los cantos de la Escolanía de María Auxiliadora y los sones de la banda Tejera, que interpretó sendas marchas para cada uno de los misterios (el de la Coronación de Espinas y el de la Cruz a cuestas) en su salida, antes de colocarse tras el palio de la Virgen del Valle, la dolorosa de los ojos verdes, bajo el palio más antiguo que procesiona en la Semana Santa sevillana. En esta ocasión, Reyes de la Lastra ha pintado el paño que porta la mujer Verónica con el rostro del Señor en el segundo paso.
Finalmente, y todavía con la luz del Jueves Santo, se abrieron las puertas de la colegial del Salvador. La rampa que inauguraron el Domingo de Ramos los niños de la Borriquita y que accidentalmente subió el misterio de la Lanzada este Miércoles Santo para resguardarse de la lluvia volvía a llenarse de nazarenos negros. El Nazareno de Martínez Montañés, este año con túnica lisa, mostraba su Pasión sobre un monte de lirios morados. La Virgen de la Merced, ya en el límite con la Madrugá, a los sones de Amarguras, interpretada por la Oliva de Salteras, regresaba a su templo, acompañada por San Juan.
Nada impidió la visita a los enfermos del Hospital de la Virgen Macarena de los Armaos de la Macarena y su tradicional recorrido por la ciudad, si bien, arrancó una hora más tarde, suprimiendo la recogida del teniente y del capitán. Tras la visita al hospital, la centuria continuó su visita a Santa Marina, sede canónica de la hermandad de La Resurrección; al santuario en Los Gitanos (20.40 h.), el convento de Santa Ángela de la Cruz, el Ateneo y la basílica del Gran Poder (22.45 h), gesto previo a la tradicional Concordia entre las hermandades del Señor de Sevilla y la Macarena.