Redacción. La Sala de Exposiciones del Ayuntamiento de Tomares acoge hasta el 27 de marzo una muestra del reconocido pintor cordobés, afincado en Tomares desde hace ya 19 años, Manuel Barahona, que abrió el pasado jueves, 7 de marzo, sus puertas, En ella se puede contemplar una selección de las obras que han marcado su trayectoria como artista sobre la Andalucía Rural y Agrícola, así como otras que se exponen por primera vez al público. Toda su obra es un eterno homenaje al hombre del campo.
Un pintor muy reconocido a nivel nacional e internacional, que ha realizado casi un centenar de exposiciones individuales y más de cincuenta colectivas en las importantes galerías de toda España (Madrid, Barcelona, Sevilla, Granada, Valencia, Castellón, Palma de Mallorca, Bilbao, etc.) y del extranjero (Londres, Nantes, etc.). Él mismo se autodenomina como un “autodidacta nato, que ha dedicado toda su vida a la pintura”, una pasión que debe a su padre.
Toda su obra es un eterno homenaje al hombre del campo. “Pinto el campo porque lo llevo en el alma. Nunca me ha interesado otro tema”, ha afirmado el pintor en alguna ocasión.
Bajo el título Manuel Barahona. Una mirada al campo andaluz, el artista nos invita a contemplar «todo lo que tiene de hermoso, de profundo y de esperanzado en su cruel desesperanza» el campo de Andalucía. En palabras de Wifredo Rincón García, autor del libro Miguel Barahona. Vida y obra, las creaciones del artista hacen una descripción de la realidad que hunde sus raíces en los más íntimos sentimientos y en una arraigada y profunda humanidad.
“Manuel Barahona es uno de los intérpretes de Andalucía más importantes. Intérprete sincero. Hay quien la describe con maravillosa pluma y quien la canta con profundidad. Barahona la plasma, con hondura a través de sus pinceles. Es la Andalucía auténtica, una de las diversas Andalucías; la de los campos extensos, la del duro sol, la de los algodonales. Y en ellos siempre, la figura humana, el hombre y la mujer, los campesinos. Trabajan la tierra y Barahona les capta sin folclorismo, sin gratuidades, limitándose a cumplir con su misión de pintor, que es la de transmitirnos la realidad, interpretarla personalizándola. A través del manejo del color, de la luz, de la composición, Manuel Barahona es de los artistas que sabe marcar con un sello propio lo que hace”, decía de él el crítico de arte Juan Llop Sellarés (Barcelona, 1997. Gal Art, 155)
Los visitantes podrán disfrutar de sus óleos sobre lienzo sobre el campo andaluz reflejado en la labor diaria de las tareas agrícolas, en el trabajo de los aceituneros, en la recogida del algodón, vendimiadores, recogiendo ajos o zanahorias o realizando tareas en el olivar. Es el pintor de la Andalucía agrícola y rural. Una realidad traspasada al lienzo.
En su pintura, una de las cosas que más llama la atención es la luz, la luminosidad. Su gama de colores es infinita. Una pintura impresionista, realista y naturalista, con una cierta influencia de Sorolla, pintor al que admira.
La Exposición se podrá visitar hasta el 27 de marzo, de lunes a viernes, de 11 a 14 horas y de 17:30 a 19:30 horas. Sábados y domingos, de 12 a 14.00 horas. Festivos cerrados. Entrada libre hasta completar aforo.
Manuel Barahona. “Paisaje de olivos y olor a membrillo… hablamos de Puente Genil, pueblo situado en el centro geográfico de Andalucía, al suroeste de la provincia de Córdoba, esta es la tierra que vio nacer y crecer a Manuel Barahona”.
A sus 71 años, Manuel Barahona sigue siendo un apasionado del campo influenciado sin duda por su nacimiento en el municipio de la campiña sur cordobesa donde pasó su infancia. El pintor, que conecta rápidamente con el público, nace en Puente Genil (Córdoba) el 29 de noviembre de 1948. Desde pequeño se le ve inclinación hacia la pintura y comienza a dibujar de la mano de su padre, Juan Manuel Barahona Delgado, su primer maestro, gran amante del arte y le enseña perspectiva.
En Córdoba, estudia en la Escuela Mateo Inurria, recibe clases de dibujo al carboncillo de Amadeo Ruiz Olmos, Rufino Martos, Antonio Povedano y Antonio Bujalance, para el examen de ingreso en la Escuela Superior de Bellas Artes en Sevilla. En Córdoba conoce a Miguel García Vives y Carlos Ramírez de la Lastra, grandes amantes del arte.
En 1979, acaba sus estudios obteniendo el Titulo de Profesor de Dibujo y rápidamente le ofrecen una plaza para dar clases en un Colegio, que renuncia a ella para seguir pintando. En 1980, participa en la LXXXV Exposición de Primavera, organizada por el Exc. Ateneo de Sevilla, le conceden la Beca “Bartolomé Esteban Murillo” para viajar a Inglaterra y permanece allí una temporada pintando paisajes de Londres y Canterbury. Al final realiza una Exposición con dichas Obras en la Escuela Superior de Bellas Artes en Sevilla. En este viaje deja concretada una exposición en el Instituto de España en Londres que celebraría tres años más tarde, lugar donde conoce al escritor Gonzalo Torrente Ballester.
Regresa de Londres, y Manuel prepara una maleta con cuadros (ya en esta etapa había descubierto el “Campo Andaluz”, el gran tema que aún lo tiene atrapado), en todas las galerías que visita le dan fecha para exponer (Valencia, Castellón, Barcelona, Madrid). En Barcelona Doña Carmen Ensesa, directora de la Sala Llorens, gran entusiasta de su pintura, ya comienza a venderle obras.
