Carmen González. El joven guitarrista de Arahal David Rodríguez Romero, cuyo nombre artístico es David de Arahal, estrena en junio de 2020 su ópera prima que lleva por título “Mar verde”. Hace unos días, le abrieron las puertas de la iglesia Nuestra Señora de la Victoria y, dirigido por el editor Domi Serralbo, con estudios en Morón de la Frontera, grabó una seguiriya inspirada por las campanas de un templo ubicado en el centro de su localidad natal.
Cuentan como anécdota que, cuando salían de grabar en la iglesia durante la madrugada ya del 27 de febrero, cargados de bártulos, llegó la Policía Local. El párroco Miguel Ángel García, en plena confianza, los había dejado solos en el templo con las instrucciones de cerrarlo una vez acabaran. Pero tanto ir y venir al coche cargados, debió preocupar a algún vecino que llamó a los agentes extrañado.
Allí estaba David, con su hermano Marco Antonio y Domi Serralbo, después de terminar de grabar uno de los temas que formará parte de “Mar verde”, el primer disco de guitarra flamenca del arahalense que cuenta con las colaboraciones de Antonio Canales, Rafael de Utrera, David El Galli y Sandra Carrasco. Artistas que han querido colaborar con esta joven promesa de la guitarra flamenca. Y con la experiencia del productor moronense que ha dirigido trabajos de artistas de la talla de María Jiménez, Miguel Poveda, Chiquetete, Rosalía, el Barrio o Dani de Morón.
En este disco, como no podía ser de otra manera, David Rodríguez parte de sus orígenes. El título, Mar verde, va incluido en una soleá pero pretende que sea una unión entre el flamenco y el olivar. Al respecto explica que “te pones a andar por una vereda y ves donde empieza el olivar pero no donde acaba, se te pierde la vista ahí. Es finito pero se nos puede ir la vida para llegar a conocer bien todo ese terreno”. Justo lo mismo que, según él, ocurre con el flamenco “intentas profundizar, y cada día sabemos un poco menos, a medida que conoces algo te das cuenta que nos quedan muchísimas más por conocer”.
La historia de David, la cuenta su familia por medio de anécdotas que guardan como oro en paño en cintas de vídeo VHS para un día volcar en digital. En esta grabaciones sale David, con apenas dos años y una guitarra de dos cuerdas, canturreando e intentando poner música a la letra que se ceñía a único estribillo: “que lo dice Camarón”.
David de Arahal tiene 20 años y estudia el Grado Superior de Guitarra en el Conservatorio de Córdoba. Hasta que no tuvo que irse solo a esta ciudad, su familia ha sido testigo (en parte sigue siéndolo) de la evolución de un niño prodigioque ya en el colegio sobresalía en las asignaturas de arte. “Dibujaba muy bien, ganó casi todos los concursos de dibujode la Semana Cultura de El Ruedo”, cuenta su hermana, María José Rodríguez.
Con once años, cuando ya era un hecho que David estaría la mayor parte de su vida pegado a una guitarra, grabaron un vídeo en el auditorio de la Casa del Aire de Arahal, el pueblo donde nació la madre de Pastora Pavón y su hermano Arturo. Hasta ese momento, David no sabía lo que era una escuela de música, pero el flamenco que salía de esa primera guitarra ya apuntaba maneras.
Casi diez años después, David de Arahal ha recorrido tablados y se ha acercado a los grandes del flamenco como sólo él sale, con mucha humildad y respeto. Manolo Sanlúcar lo acogió un verano en su casa, pero ha aprendido de Paco Cepero, Rafael Riqueni, Tomatito, David Cerreduela, Antonio Rey, Balao, entre otros. Y ha estudiado y practicado muchísimo, un camino que ha hecho con pasión.
En estos años, la guitarra y él se han convertido en uno. De hecho, el instrumento habla por él porque, sin él en la mano, el espacio queda inundando por su timidez. Su familia cuenta que para David el único camino era la guitarra. “El vive para eso, no lo vemos haciendo otra cosa. Estudia de 12 a 14 horas diarias, y no solo toca composiciones que pueden resultar bonitas, está ensayando técnicas que es una de las cosas más tediosas y aburridas que existen en cualquier profesión, para ejercitar la muñeca, los dedos, el movimiento o la rapidez”, cuenta su familia.
Su hermano Marco Antonio Rodríguez, lo acompaña siempre, es su manager, comunity, fotógrafo y todo lo que sea necesario porque sabe que David es especial, ha apuntado alto desde el primer día. Y habla solo con su guitarra. Su última actuación ha sido en la Gala de la entrega de medallas del Día de Andalucía en el Teatro de la Maestranza.Verlo en el escenario, acompañando con su guitarra las palabras en andaluz del periodista Alejandro Tobalina, fue uno de los momentos más emotivo de la gala del 28F.
En estos días, su vida gira entorno a los estudios en el Conservatorio, la grabación del disco y su participación en eventos al que lo llaman porque, a su corta edad, ha conseguido hacerse un nombre. Este primer disco es el resultado de sus primeros años de vida y la prueba de que David nació para convertir el toque de guitarra en su mejor obra.