Redacción. El Ataque Isquémico Transitorio (AIT) es un episodio breve de isquemia cerebral de comienzo brusco, que da lugar a síntomas neurológicos de duración habitualmente inferior a una hora. Se trata por tanto de una urgencia médica donde una atención rápida previene nuevos episodios. Por ello, es crucial el tratamiento correcto rápido y la instauración de un tratamiento óptimo precoz.
Para ello, el Hospital Virgen Macarena ha puesto en marcha un protocolo novedoso denominado RUN-AIT, pionero a nivel regional y nacional, y que cuenta con la participación de los servicios de Radiodiagnóstico, Urgencias y Neurología.
La sintomatología del AIT es igual que la del ictus (dificultades para hablar o entender, pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo o alteraciones de la coordinación o visión) aunque en estos casos los síntomas se resuelven en poco tiempo. Estaríamos ante un ictus en aquellos pacientes en los que permanecen los síntomas, aunque éstos sean leves. El interés fundamental del AIT es que el riesgo de ictus es mayor en el primer año, sobre todo el primer mes y las primeras 48 horas.
Una urgencia médica
Los neurólogos del Hospital Virgen Macarena explican como «el AIT es una urgencia médica y es una oportunidad para actuar rápidamente y prevenir nuevos episodios. Por ello, es crucial el tratamiento correcto rápido y la instauración de un tratamiento óptimo precoz». Para ello, el Hospital Virgen Macarena ha puesto en marcha este protocolo pionero (RUN-AIT) a nivel regional y también nacional con la participación de los Servicios de Radiodiagnóstico, Urgencias y Neurología.
El protocolo recoge la última evidencia científica en el campo y trata de dar respuesta en las primeras 24 horas con un estudio completo de las ausas que lo provocan, incluyendo resonancia y un manejo terapéutico personalizado enfocado en la prevención.
«Es conocido que la administración de antiagregantes reduce el riesgo de un nuevo ictus y si éste se da, es de menor gravedad. Así cabe destacar dentro del protocolo y, como novedad, la administración de forma muy precoz de antiagregantes, incluso antes de disponer de las pruebas de imagen», explica la doctora Soledad Pérez Sánchez, coordinadora de la Unidad de Ictus del Servicio de Neurología del Hospital Virgen Macarena.
Resonancia magnética de cráneo en las primeras horas
Otra novedad destacada es la realización de resonancia magnética de cráneo (secuencias de difusión) en las primeras horas lo que permite un diagnóstico seguro y la instauración de un tratamiento preventivo optimizado. «En lo que llevamos de año más de 70 pacientes ya han sido valorados dentro de este protocolo recibiendo el mejor manejo diagnóstico y terapéutico de forma precoz para evitar recurrencias futuras» añade la doctora Pérez Sánchez.
En la actualidad, la especialista lidera la puesta en marcha de éste protocolo y coordina los proyectos de investigación que se desarrollan a la par del propio protocolo. Actualmente, en la Unidad, están en marcha varios ensayos clínicos con diferentes fármacos para la prevención de nuevos episodios en estos enfermos.
En este mes, está previsto que se inicien dos estudios más centrados en la fibrilación auricular como causa del AIT. «Esta arritmia es responsable del 20-30% de estos AIT pero en muchas ocasiones, no podemos detectarla en el momento de los síntomas y por ende, tampoco podemos tratarla. Así, uno de ellos, evalúa varias estrategias de monitorización cardíaca para su diagnóstico y el otro, está dirigido al tratamiento preventivo en los casos de alta sospecha de esta arritmia» nos cuenta la especialista Pérez Sánchez.
Publicación
Fruto de esta línea investigadora se ha publicado recientemente en la Revista de Neurología un estudio realizado en el Hospital Universitario Virgen Macarena en este campo denominado ‘Retrasos en la administración de tratamiento fibrinolítico en el ictus minor’ (Pérez-Sánchez S, Barrgán-Prieto A, Sánchez-Miura JA, Dominguez-Mayoral A, De Torres-Chacon R, Gamero-García MA, Gálvez-San Román JL, Herrero-Lara JA, Garrido-Castilla M, Navarro-Bustos C, Cueto L, Montaner J. Rev Neurol 2021; 72:352-6).
En él, se pone de manifiesto que hay un retraso para la administración del tratamiento fibrinolítico en aquellos pacientes con síntomas leves lo que puede acarrear mayores tasas de discapacidad a largo plazo. Por ello, la doctora recuerda que «tiempo es cerebro» y que siempre, ante cualquier síntoma, se debe actuar con celeridad ya que, dependiendo si persisten los déficits o no al llegar al hospital, podrían realizarse tratamientos específicos de reperfusión o prevención para evitar consecuencias nefastas.