Redacción. La Comisión Provincial de Patrimonio, dependiente de la delegación territorial de Fomento, Infraestructuras, Ordenación del Territorio, Cultura y Patrimonio Artístico de la Junta de Andalucía en Sevilla, ha informado favorablemente sobre una intervención urgente de conservación y mantenimiento de la bóveda del Salón de Embajadores del Palacio Mudéjar de Pedro I, como consecuencia, según informa el Patronato del Real Alcázar, del depósito de materiales acarreados por las aves con la intención de anidar en los casetones de la cúpula, por lo que se hace necesario realizar actuaciones de urgencia capaces de evitarlo y asegurar la correcta conservación de la armadura.
Esta intervención de urgencia seguirá el criterio de mínima afectación del objeto de la obra, según ordenan los requisitos establecidos en la legislación, cartas y recomendaciones de organismos oficiales internacionales para este tipo de intervenciones. No obstante, como la intervención se considera de mantenimiento, entre los trabajos que se van a realizar, el más importante consiste en la limpieza superficial y eliminación mecánica del material para el anidamiento, depósitos de suciedad y deyecciones en el tercio inferior de la bóveda.
La Comisión de Patrimonio también ha informado favorablemente el proyecto de intervención para la adecuación y puesta en valor del solar del Claustro de Legos del Monasterio de Santa María de las Cuevas, sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo y del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico. Esta intervención pretende ordenar los ámbitos libres de edificaciones, su rehabilitación e inclusión en el circuito de visitas de la sala abovedada ubicada en el edificio norte como espacio expositivo complementario, y el diseño y construcción de un pabellón expositivo que dote al IAPH de un espacio de recorrido divulgativo asociado a las visitas públicas programadas para la transmisión y la presentación de sus contenidos.
El proyecto de adecuación del solar garantiza la protección arqueológica que se ubica a una distancia adecuada del perímetro edificado, dejando una franja donde se recuperan los niveles de uso originales y donde quedan visibles los restos de pavimentos y otras estructuras arqueológicas.