Redacción. La Junta de Gobierno Local de Sevilla, a iniciativa de la Delegación de Salud y Protección Animal, ha aprobado hoy un nuevo plan de control integral de las especies exóticas invasoras cotorra de Kramer y cotorra Argentina que traslada al ámbito de toda la ciudad la experiencia piloto acometida entre 2019 y 2020 en el Parque de María Luisa. De esta última se extraen las prácticas de mayor éxito realizadas entonces para configurar los pliegos de un nuevo contrato que, ejecutado por un equipo de especialistas –el director técnico debe contar con titulación académica relacionada con el ámbito animal, entre ellas Veterinaria, Biología, Ciencias Ambientales–, cuenta con un presupuesto de 290.400 euros hasta 2024.
“Este plan integral de control de las poblaciones de cotorras trata en última instancia de permitir la convivencia con las especies autóctonas reduciendo la población invasiva, incidiendo, pues, en la biodiversidad. Se parte de una experiencia piloto seria y rigurosa abordada en el Parque de María Luisa para, a partir de las medidas que resultaron más efectivas, elaborar un plan plurianual y que abarca a toda la ciudad. Somos referencia en España en aplicar los métodos más útiles de control combinándolos con el bienestar animal”, ha explicado la delegada de Salud y Protección Animal, Encarnación Aguilar.
El adjudicatario del contrato deberá elaborar mapas de la ciudad que recojan las zonas de anidamiento, recreo, alimentación y dormidero de ambas especies de cotorras; las rutas que realizan en sus desplazamientos; las zonas de captura mediante trampeo (con jaulas), y las zonas de sustitución de huevos. Con esa información, además de confeccionar un nuevo censo de los dos tipos de aves invasoras y un mapa de densidad poblacional, detallará su plan de actuación integral. A los efectos de controlar la evolución de estas especies invasoras, los censos se repetirán con cierta periodicidad, lo que permitirá ir adaptando las estrategias de control según las necesidades detectadas.
La sustitución de puestas se desarrollará durante el primer semestre de cada año en las oquedades identificadas como nidos tanto en árboles como en las fachadas de edificios, extrayendo los huevos localizados con cámara mediante aspiración y colocando en su lugar otros falsos. En todo caso, para la actividad en la arboleda deberá existir una coordinación con el Servicio de Parques y Jardines, al igual que para las capturas.
Con respecto a estas, el adjudicatario deberá tener en cuenta los modelos de jaulas que resultaron más efectivos en la experiencia piloto desplegada en el Parque de María Luisa, efectuándose este trabajo desde el 1 de agosto de un año hasta el 15 de febrero del siguiente. Para las que se instalen en los árboles, sobre los que no podrán causar daños, las jaulas serán de tipo tejado invertido con apertura regulable y doble sistema de sujeción, proponiéndose para su colocación un sistema de parihuelas.
Mientras, aquellas que se vayan a ubicar en azoteas de edificios, serán del mismo tipo y estarán debidamente sujetas. Y para ambos casos, en las jaulas habrá agua y alimentos suficientes y atractivos para las cotorras (maíz, pipas, frutos, frutas). Periódicamente estas jaulas serán revisadas para retirar las cotorras capturadas y liberar otras aves que hayan entrado en las mismas, así como para reponer el agua y la comida.
A lo largo de las últimas dos décadas ambas especies de cotorras se han ido convirtiendo en un problema para la conservación de la biodiversidad de Sevilla y en un agente de riesgo para la ciudadanía por caída de nidos y ramas, la contaminación acústica que generan las colonias, el deterioro que pueden causar en algunos edificios antiguos y por ser un posible vector de zoonosis (propagación de agentes patógenos). Algunos estudios señalan que compiten, además, por el hábitat y llegan incluso a expulsar a especies autóctonas insectívoras, principalmente al cernícalo Primilla (Falco naumanni) y el murciélago Nóctulo Mayor (Nyctalus lasiopterus), dificultando así su reproducción y supervivencia.
Entre el otoño de 2019 y durante 2020 el Ayuntamiento desarrolló un proyecto piloto centrado en el Parque de María Luisa para el control de las poblaciones de cotorra de Kramer y cotorra Argentina fomentando de forma simultánea acciones para favorecer las especies autóctonas. Esta experiencia piloto se realizó bajo la supervisión municipal y de expertos de la Universidad de Sevilla, que convirtieron el parque en un laboratorio de experiencias sobre control de estas poblaciones, transferibles a otros espacios verdes tanto de Sevilla como de otras ciudades.
Las medidas de control combinaron la instalación de cajas jaula (suelos, azoteas de edificios municipales y árboles del Parque de María Luisa), la colocación de diversos cebaderos para propiciar que las cotorras bajen de los árboles, la utilización de redes de captura y la esterilización de huevos. A partir de esta experiencia piloto se extrajeron conclusiones sobre mejores métodos de captura, tipos de jaulas más efectivas e información complementaria sobre el comportamiento de estas aves invasoras.
La fecha de inicio de este contrato está prevista para este verano, momento en el que se realizará el estudio a nivel ciudad, para así comenzar la parte operativa en el cuarto trimestre del año. Si bien el periodo de ejecución inicial es de dos años, hasta verano de 2024, existe la posibilidad de ejecutar una prórroga por dos anualidades más, es decir, hasta mediados de 2026, si fuera necesario.