Redacción. Profesionales del Distrito Sanitario Sevilla han formado en maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) a personal docente y trabajadores del IES Macarena, en Sevilla capital. Con esta formación se pretende formar a estos profesionales para que aprendan a actuar ante una situación de emergencia por parada cardiorrespiratoria. En esta actividad, impulsada por las enfermeras referentes escolares, se han formado a 60 personas.
El objetivo final es salvar vidas y reducir las secuelas de quien sufre una parada cardíaca. Durante la sesión de formación, los asistentes han podido conocer el funcionamiento de los servicios de emergencias sanitarias y han adquirido los conocimientos necesarios para, en caso de presenciar una parada cardiaca, saber reconocerla e iniciar la denominada ‘cadena de supervivencia’.
Esta formación se integra en el programa formativo que está impulsando el Distrito Sanitario tanto en centros docentes de Educación Secundaria como de Infantil y Primaria.
Maniobras básicas de reanimación
La supervivencia de muchas de las víctimas de paradas cardiacas depende de que se apliquen las técnicas básicas de reanimación cardiopulmonar en los primeros 3 o 4 minutos, lo que puede aumentar las posibilidades de supervivencia. Desde los centros coordinadores de urgencias y emergencias, ante una situación de sospecha de parada cardiorrespiratoria, se anima y se explica a los alertantes cómo realizar estas maniobras básicas mientras que llegan los equipos de emergencias al lugar del suceso, dado que está demostrado que intentar aplicar estas técnicas a pesar de no tener conocimientos previos en primeros auxilios, ayuda a muchos pacientes.
Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en el mundo occidental y, entre ellas, ocupa un lugar destacado la muerte súbita cardiaca que suele ocurrir, de manera mayoritaria, fuera del entorno hospitalario. Cada año, en España se producen en torno a 25.000 paradas cardiacas extrahospitalarias. Esta patología afecta a una población con una edad media en torno a los 60 años y, en muchos casos, es la primera manifestación de una enfermedad cardiaca silente hasta ese momento.
La correcta atención a la parada cardiorrespiratoria consiste en la aplicación precoz de una serie de acciones conocidas como cadena de supervivencia que incluye, por este orden, el reconocimiento de la situación y activación del sistema de emergencias sanitarias, el inicio inmediato de las maniobras de soporte vital básico, la desfibrilación eléctrica precoz y la rápida instauración de las técnicas de soporte vital avanzado.
Estos episodios pueden sobrevenir en cualquier lugar con pequeños síntomas como el ahogo y la pérdida de conocimiento y están motivados generalmente por problemas de fibrilación ventricular y de taquicardia ventricular sin pulso, que impiden el bombeo de la sangre y la llegada de oxígeno a todo el cuerpo.
Los cinco minutos posteriores a una parada cardiorrespiratoria son claves para el afectado y por ello es fundamental que la persona que tiene el contacto inicial actúe de forma inmediata alertando a los equipos de emergencias sanitarias y aplicando entre tanto técnicas de reanimación básicas, como la ventilación boca a boca y el masaje cardiaco externo.