Europa Press. Cyrta, empresa especializada en la Conservación y Restauración de Tejidos Antiguos, ha presentado en el Santuario de Los Gitanos de Sevilla la restauración de la saya de ‘Gitanillo de Triana’. Se trata de un conjunto perteneciente a la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos de la capital hispalense.
Según han informado desde dicha empresa en un comunicado, este conjunto textil, cuya restauración se presentó el pasado domingo, se realizó a partir de los bordados del traje de luces que el torero Francisco Vega de los Reyes. Conocido popularmente como ‘Gitanillo de Triana’, era el que vestía el día que recibió las cornadas que, meses después, le provocaron la muerte en 1931.
Años más tarde, en 1945, la madre del diestro donó el vestido a la Hermandad de los Gitanos. Y con él confeccionaron el actual conjunto, corriendo los trabajos a cargo del prestigioso taller de Sobrinos de José Caro.
Estado de conservación «muy deficiente»
La pieza, según explican desde Cyrta, se encontraba en un estado de conservación «muy deficiente». Y es que sufría «numerosos daños» provocados tanto por causas intrínsecas –derivadas del envejecimiento natural de los materiales constitutivos–, como por causas extrínsecas, derivadas del uso, manipulaciones, sistemas de almacenaje, entre otras.
La empresa encargada de la restauración ha destacado «los cortes, desgarros y pérdidas puntuales» de material que sufría el tejido principal de la saya, a la altura de la cintura. Se debe «a causa de las fuertes tensiones que tenía que soportar debido al excesivo peso que poseen los bordados». Así como que se observaban «desgastes, pliegues, deformaciones y restos de cera».
En cuanto a la ornamentación bordada, además del «oscurecimiento generalizado que mostraban la práctica totalidad de sus elementos constitutivos debido a la presencia de plata en sus superficies. Y a la tendencia de esta por oscurecer al entrar en contacto con el medio ambiente», también se advertían «serios ataques de corrosión en muchos de esos elementos metálicos».
Obra de arte de «gran singularidad»
Asimismo, se podían observar «pérdidas puntuales y descohesiones tanto de canutillos como de lentejuelas, que corría riesgo de desprenderse», según han detallado desde Cyrta. Cuyos restauradores han puesto de relieve que «nos encontramos ante un destacado conjunto que atesora un gran valor histórico-artístico. Además de sentimental, que lo convierte no solo en una pieza de gran singularidad, sino en una obra de arte».
Por ello, los criterios que se han tenido en cuenta a la hora de su restauración han sido «exactamente los mismos que se tienen presentes a la hora de restaurar una pintura de Murillo o una escultura de Montañés», según han comentado.
Dentro de estos criterios han destacado el de conservación y respeto por el original. Y en esa línea han explicado que «el valor lo posee el conjunto completo, tanto el tejido como los bordados». Por lo que «ambos se deben conservar íntegramente».
«Mínima intervención»
También han defendido el criterio de «mínima intervención». Esto es, que «se actúa únicamente donde es preciso frenar los daños que están poniendo en riesgo a la pieza». Y los criterios de «reversibilidad» de materiales empleados, así como «discernibilidad» de las intervenciones realizadas. De manera que la restauración «siempre se diferencie de la pieza original, pero integrándose debidamente dentro del conjunto».
Los tratamientos, tras realizar los estudios previos pertinentes, han consistido en la retirada del forro. Ya que estaba creando tensiones y deformando la saya en su parte inferior, a la que le siguió la eliminación de intervenciones anteriores –zurcidos– que afectaban a las propiedades físicas de resistencia de las fibras textiles del tejido principal, especialmente de la zona superior de la saya.
Posteriormente se dio paso al microaspirado de las piezas con aguja de succión para retirar todas las partículas de polvo. Así como los depósitos de suciedad que mostraban en sus superficies, tanto por anverso como por reverso.
Humectación
Para devolverle a las fibras textiles la flexibilidad perdida con el paso del tiempo, se realizó la humectación del conjunto. Para ello, se empleó vapor frío de forma controlada para rehidratar el tejido y poder proceder a su alineado para corregir las deformaciones que presentaba.
Por otro lado, teniendo en cuenta la naturaleza metálica de la ornamentación bordada, se pudo realizar una limpieza de ésta por medio de procedimientos físico-químicos. Empleando para ello distintos disolventes que «garantizaran la correcta remoción de la suciedad a la par que la estabilidad del metal constitutivo de los distintos elementos».
Para las zonas del tejido que mostraban un «acusado debilitamiento, además de desgarros y pérdidas de material», se procedió a la consolidación mediante la colocación de un soporte textil, debidamente teñido. Este se fijó con hilos de seda, también teñidos ‘ex profeso’, realizando puntos de costura específicos.
Asimismo, para proteger estas zonas del roce al que puedan estar expuestas en los momentos puntuales en los que se haga uso de las piezas, se realizó un encapsulado, tratamiento consistente en la colocación de un tejido reticular, de baja densidad, que cubre las superficies afectadas, protegiéndolas, pero permitiendo su correcta visión por parte del espectador. Por último, se forró el conjunto con un nuevo tejido.
Técnica novedosa
Para concluir la intervención, y teniendo en cuenta el «debilitado estado» del tejido de la saya en su parte superior, así como su funcionalidad específica, Cyrta ha planteado «una solución novedosa que conjugue la correcta conservación de la pieza con el uso futuro puntual que se le puede dar».
Esta solución, según ha explicado la empresa, ha consistido en la implantación de un sistema de cierre mediante imanes que permite fijar el tejido principal a una entretela de refuerzo y al forro, de tal manera que no es necesario el empleo de alfileres en el tejido a la hora de ceñir la saya a la cintura de la Virgen, «evitando así que el tejido principal, que es precisamente es el más frágil, tenga que soportar la tensión y el peso de la saya».