Redacción. Sevilla ha acogido la primera intervención quirúrgica realizada en Europa para el alargamiento de huesos en niños que presentan una discrepancia de longitud de miembros inferiores mediante la implantación de un clavo electromagnético del tipo Precice de manera extramedular, es decir, por fuera del hueso.
Los expertos en traumatología de Orthopediátrica y Grupo IHP han realizado con éxito esta cirugía pionera que se ha llevado a cabo en las instalaciones de Quirón Sagrado Corazón. La paciente es una niña de ocho años, a quien se le ha intervenido en la tibia, con una estimación de alargamiento, en su caso, de cinco centímetros.
Tal y como ha detallado el traumatólogo de Grupo IHP y de Orthopediátrica, el doctor Javier Downey, habitualmente el clavo electromagnético Precice se coloca en el interior del hueso, mientras que esta nueva técnica permite situarlo entre la piel y el hueso. De esta forma, queda anclado al exterior del mismo, que crece a medida que se alarga el clavo.
Técnica indicada para pacientes pediátricos
Según el doctor Downey, esta nueva técnica está especialmente indicada para pacientes pediátricos, en los que el tamaño del hueso no permite alojar el clavo en su interior, o que aún tienen los cartílagos de crecimiento abierto. En este sentido, ha explicado que la intervención en tibias para colocar el clavo intramedular no se recomienda hasta los 14 años, ante el riesgo de provocar daños secundarios al atravesar la placa de crecimiento del hueso.
Así, la principal ventaja de esta cirugía pionera es que se evita dañar el hueso. Además, permite descartar la utilización de un fijador externo, la otra opción de tratamiento para el alargamiento de extremidades asociada a una mayor incomodidad para el paciente y a posibles complicaciones, como infecciones.
Fase de distracción y de consolidación
En cuanto a la duración de la cirugía, que ronda las dos horas, el postoperatorio y la forma de proceder durante el tratamiento, el traumatólogo de Grupo IHP ha asegurado que la nueva técnica es similar a la tradicional en la que el clavo se coloca dentro del hueso. Ambas metodologías permiten un alargamiento óseo de hasta ocho centímetros, a razón de un milímetro al día. El clavo electromagnético Precice cuenta con un imán en su interior que se estimula desde fuera con un dispositivo para alargar y distraer el clavo.
A la semana de la intervención, comienza el tratamiento de alargamiento, llamada ‘fase de distracción’, que suele durar entre dos y dos meses y medio. Una vez conseguida la longitud deseada, se inicia la ‘fase de consolidación’, que dura alrededor de tres meses y que permite que el hueso regenere y se fortalezca. A partir de este momento, el paciente puede hacer vida normal y, aproximadamente, al año de acabar la distracción, se retira el clavo. La duración del proceso dependerá del progreso de cada paciente, que desde el inicio y hasta la retirada del clavo deberá someterse a fisioterapia.