Redacción. Sevilla ha obtenido el cuarto puesto en un ranking de movilidad sostenible que ha realizado Greenpeace junto a otras 12 ciudades españolas. Según las conclusiones de este, la capital ofrece buenas condiciones para la movilidad sostenible, pero con desigualdades entre el centro y la periferia.
El análisis encargado por Greenpeace sobre doce ciudades españolas (Albacete, Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Murcia, Palma, Pamplona, Santiago de Compostela, Sevilla, Valencia y Zaragoza) tiene como objetivo evaluar el grado de compromiso de sus ayuntamientos con respecto a sus propios Planes de Movilidad, comparando varios indicadores relacionados con su oferta de transporte público, su red de vías ciclistas y calles peatonales o su nivel de contaminación y ruido, entre otros.
Sevilla es la cuarta ciudad en este ranking con una puntuación de 5,9 sobre 10, empatada con Madrid. Ambas están por detrás de Barcelona (6,5) Valencia (6,6) y Bilbao (6,9); tres ciudades que lideran gracias a su decidida apuesta por los modos sostenibles, con medidas que están permitiendo reducir el uso del coche y mejorar la calidad de vida de su ciudadanía.
En Sevilla, especialmente en su centro histórico, caminar es siempre la mejor opción. Un protagonismo que las personas que caminan comparten con la bicicleta gracias a las políticas que, desde hace más de 10 años, propiciaron el crecimiento de la bici de forma nunca antes vista en España. A pesar de que el Plan de Movilidad se limitaba a unas propuestas generales, éstas han sido llevadas a cabo casi en su totalidad en lo referente a itinerarios peatonales y red ciclista.
Sin embargo, Greenpeace argumenta que Sevilla está en cuarta posición porque estas condiciones que permiten una movilidad ejemplar no se dan en todos los puntos de la ciudad, que sufre carencias en la periferia y dependencia del coche en su área metropolitana. Según la organización, «Sevilla requiere un transporte de gran capacidad prioritario respecto al coche y no puede estar esperando décadas a la ejecución de una red de metro inviable en tiempo y coste». «Por este motivo, es preciso dotar, a las vías de acceso, de plataformas reservadas para el autobús, mientras se completa su red de cercanías, muy por detrás de ciudades similares como Valencia o Bilbao», añaden.
La redacción del nuevo PMUS debe sentar las bases para extender las buenas prácticas de Sevilla al conjunto de la ciudad y a su área de influencia. Recientemente Greenpeace ha criticado que el Ayuntamiento no ha asumido ninguno de los retos planteados en movilidad y contaminación, como la creación de zonas de bajas emisiones o la reactivación del Plan Centro, una medida exitosa revocada por el Partido Popular y que el nuevo Consistorio no ha vuelto a ponerlo en marcha, a pesar de que que toda la infraestructura sigue instalada.
En el otro extremo del ranking, las peores posiciones son para Albacete (3,7) y Santiago (4,4), que pese a ser ciudades pequeñas se detecta un abuso del coche para trayectos cortos, fácilmente realizables andando o en bicicleta. También suspenden Pamplona (4,6) Palma (4,6) y Murcia (4,8) mientras que Málaga (5,2) y Zaragoza (5,5) aprueban.