M. M. Dentro de la variedad de tapas, el ‘montadito’ es una de las presentaciones tradicionales de la gastronomía sevillana. Aunque la RAE no recoge este vocablo sino ‘montado’, para referirse a “Loncha de jamón, lomo, etc., sobre una rebanada de pan”. Lo cierto es que en la carta de cualquier bar sevillano la palabra montadito, plenamente aceptada, siempre encuentra su hueco protagonista.
Con una oferta gastronómica repartida entre más de 4.000 bares, elegir cuáles son los mejores montaditos de Sevilla podría no ser fácil; sin embargo, sorprende la rapidez de la respuesta cuando le preguntas a un sevillano por su montadito preferido: es una respuesta que apenas se piensa, tan automática como un acto reflejo, prácticamente. Hay quien responde por una selección de ingredientes concreta: “bacalao con salmorejo, carne mechada…”; mientras que otros van más allá y detallan incluso en qué bar es donde la especialidad está más deliciosa: “el piripi de Antonio Romero”.
Redescubrir Sevilla a través de sus montaditos es una muy buena forma de saborear la esencia de la ciudad. Proponemos una ruta gastronómica en la que degustar algunos de los más emblemáticos.
Algunos de los montaditos con más fama de Sevilla:
Piripi. El Montadito Piripi es sin duda uno de los más populares para los sevillanos. Es especialidad de La Bodeguita Antonio Romero (C/ Antonia Díaz, 19), que cuentan que introdujo la receta original valenciana en Sevilla. Actualmente, puede encontrarse también en otros puntos de la ciudad, como en la Bodega Dos de Mayo (Plaza de la Gavidia, 6). Sus ingredientes son: queso, bacon, filete de lomo, tomate y mayonesa. Hasta aquí los ingredientes que se pueden enumerar, porque desde La Bodeguita Antonio Romero aseguran que cuenta “con su secreto”, o lo que es lo mismo, con un toque sabroso que no están dispuestos a revelar.
Mantecaito. Con el Montadito mantecaito pasa una cosa: hay variantes. Para unos, un mantecaito es un montadito de solomillo al whisky (que puede -o debe- incluir incluso las patatas fritas entre pan y pan, junto al resto de ingredientes); y para otros, es un montadito de jamón o carne con huevo.
Para los que lo asocian con el solomillo al whisky, algunos de los referentes son: el de Bar Casa Eme, (Calle Puerta Osario, 3); el de La Pitarra (Avda. Padre García Tejero, 18), el de En la espero te esquina (Calle Corral del Rey, 10), o el de la Bodega Dos de mayo (Plaza de la Gavidia, 6) -que aunque no aparece en su carta en la actualidad como tampoco aparece ya el de gambas con alioli, si lo pides, casi siempre te lo preparan al momento-.
Mientras que para los que lo identifican con el de jamón y el huevo, uno de los mejores mantecaitos aseguran que es el de Casa Rafita (Calle Marqués de la Mina, 11; esquina con calle Miguel Cid).
Completo. El Montadito completo sería parecido a una de las variantes anteriores y se encuentra en el Bar Los Claveles (Plaza de los Terceros). Sus ingredientes son: secreto ibérico, jamón y huevo de codorniz. Es una de las especialidades de este establecimiento y llevan preparándolo más de quince años.
Pringá. El Montadito de pringá es otro de los clásicos de Sevilla. En la Bodega San José (Calle Adriano, 10), en El Arenal, siguen haciéndolo con la pringá casera: “La abuela prepara a diario su olla con kilos y kilos de pringá, a la manera tradicional”, nos explican en la Bodega San José.
También son muy populares los montaditos de pringá de la Bodeguita Romero (Calle Harinas, 10), del Bar Las Columnas (Calle Rodrigo Caro, 1, esquina con Mateos Gago); y, en la misma calle, en la Taberna Álvaro Perejil (Calle Mateos Gago, 22), y también en Taberna Perejil (Plaza Padre San Jerónimo de Córdoba, 12-14). Asimismo, son archiconocidos los de Casa Morales (Calle García Vinuesa, 11).
Chorizo picante. En la Taberna Álvaro Perejil (Calle Mateos Gago, 22) este es otro de los montaditos preferidos de muchos sevillanos. Esta versión tiene, además, muchas alternativas, como de Chorizo con huevo, muy popular también en Los Claveles.
Chorizo picante con queso fundido es el relleno del Montadito de tortilla de diseño de Casa Moreno (Calle Gamazo, 7), donde nos explican que “lo preparan por la mañana temprano, con tortilla casera, y se toma muchísimo desde los propios desayunos, por lo que es muy poco probable que quede algo cuando se pide este montadito a la hora de la cena”. Servido en papel de estraza, en la barra que se descubre al fondo de lo que desde la puerta podría parecer una tienda de ultramarinos, comparte carta con otros montaditos que también tienen al queso por protagonista como el Montadito de pata de mulo -que toma su nombre de un queso de cabra-; así como con el Montadito de sobrasada con queso picante.
En la Antigua abacería de San Lorenzo existe la especialidad del Montadito de chorizo picante con cabrales; y en su carta encontramos igualmente el Capote de melva: montadito de melva con pimiento morrón, de los más habituales en las cartas de la ciudad.
Gambas con alioli. Estas es otra de las combinaciones típicas, y uno de los referentes es el de Bodega San José (Calle Adriano, 10), en El Arenal.
Con salmorejo. Al más puro estilo cordobés, el Montadito de salmorejo y taquitos de jamón; o el Montadito de salmorejo y bacalao ahumado son otros clásicos de la ciudad que pueden tomarse en lugares tan populares como la Plaza del Salvador. El bacalao puede encontrarse también solo, sin salmorejo, en sitios como Bar Casa Vizcaíno (Calle Feria, 27).
La lista es deliciosamente interminable y humanamente inabarcable en un corto periodo de tiempo. Crece con ingenio, ya que frente a los tradicionales de toda la vida, no paran de surgir nuevas versiones y revisiones. La experimentación también se impone en este terreno, con propuestas como el ya famoso Montadito de anchoas con leche condensada, que puede desgustarse en La Flor de Toranzo (Calle Jimios, 1).
