4 septiembre 2024
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Tres rutas de cine por la provincia de Sevilla

Escena de 'La isla mínima'.
Escena de ‘La isla mínima’.

SBN. El séptimo arte es quizás el que más presente tenemos en nuestro día a día. Una buena película o serie nos permiten desconectar y evadirnos un rato, sumergirnos en historias -al gusto de cada uno- y dejar que la mente sueñe con lugares mágicos. Justo en este punto, el de los emplazamientos de los audiovisuales, podemos encontrar la rendija por la que pasar de la ficción a la realidad. Para revivir momentos de cine y convertirnos en protagonistas de los mismo, cada día es más frecuente -incluso se ha convertido en un área de negocio- crear ‘rutas de cine’, itinerarios por los lugares en los que esas películas y series fueron grabados.

Sevilla y su provincia son escenario cada año de innumerables cintas, pero en la memoria colectiva hay algunas que marcan la diferencia. Vamos a recorrer parte de este territorio a través de su presencia en tres producciones audiovisuales, dos más actuales, como son la serie Juego de Tronos y la película de Alberto Rodríguez La isla mínima, y una más antigua, casi mítica, que supuso toda una revolución en su día, Nadie conoce a nadie, de Mateo Gil.

Empecemos con La isla mínima. Ganadora de una decena de premios Goya, la cinta, ambientada en el año 1980, narra las pesquisas de dos detectives de homicidios de Madrid, Pedro y Juan, que acaban en un pueblo de las marismas del Guadalquivir para investigar la desaparición de dos jóvenes.

La fotografía de esta película es una delicia, con planos magníficos de los arrozales de Isla Mayor y La Puebla del Río. Pero si de verdad queremos meternos de lleno en el ambiente del film, bien podremos visitar el embarcadero de la Puebla del Río, en el que vive el personaje de Rodrigo, padre de las niñas desaparecidas o conocer la finca Veta la Palma, donde localizan a las jóvenes muertas.

Otra visita obligada es la playa de los Morenos, en Isla Mayor, donde se rodó la secuencia de persecución final, así como la población del Vetaherrado, perteneciente a Las Cabezas de San Juan, lugar de campamento para la persecución nocturna. También en Las Cabezas se localiza el antiguo poblado de Cotemsa, creado en su día para que vivieran los trabajadores de las marismas, y en el que se recreó la feria durante la cual los protagonistas, encarnados por Javier Gutiérrez y Raúl Arévalo, llegan al pueblo de las desaparecidas.

Pero sin duda, sumergirse en La isla mínima es hacerlo en el Brazo de los Jerónimos, un lugar para perderse entre centenares de caminos entre arrozales sin señalizar. Entre cañas y juncos, transitaba una de las barcas que adentraba a los protagonistas en ‘La Mínima’, como llaman a esta zona entre el pueblo y el río. En la película utilizaban este canal para acceder a una zona intransitable desde tierra y que actualmente es muy utilizado por varios clubes de piragüismo de la provincia para entrenar e, incluso, hacer competiciones.

El Alcázar se convirtió en el palacio de los Martell.

Juego de Tronos. Del cine a las series de televisión. Un éxito internacional como Juego de Tronos puso sus ojos en Sevilla para recrear algunos de sus fantásticos espacios. Ahora que la adictiva serie ha lanzado su octava y última temporada, serán muchos más los que deseen recordarla paseando por algunos de los enclaves donde fue grabada.

En Sevilla capital, los capítulos basados en la saga literaria Canción de Hielo y Fuego, del escritor George R.R. Martin, tuvieron como escenario los Reales Alcázares y las Reales Atarazanas. El primero se convirtió en el palacio de los Martell, gobernantes del reino de Dorne. Los jardines y fuentes del Alcázar son en esta ficción los Jardines del Agua de la capital dorniense, Lanza del Sol, y algunas de sus salas, las estancias por las que deambulaba Doran Martell y las Serpientes de Arena, entre otros personajes.

Asimismo, las Reales Atarazanas de Sevilla aparecen en la séptima y octava temporadas de la serie como las mazmorras de la Fortaleza Roja, gran baluarte de Desembarco del Rey, que guardan en su interior los restos de antiguos dragones. Momentos clave de la serie se viven en este espacio: el descubrimiento de la ballesta capaz de matar dragones y la huida de Cersei y Jaime Lannister.

Plaza de toros de Osuna.

En Juego de Tronos aparecen otros dos escenarios de la provincia de Sevilla, la plaza de toros de Osuna y las ruinas de Itálica en Santiponce. Pisar ahora el coso ursaonense es trasladarse a las arenas de Meereen, a la Fosa de Daznak, y recordar cómo Daenerys Targaryen trata de un huir cabalgando sobre uno de sus dragones de una emboscada que le han tendido los Hijos de la Arpía.

Por último, en Pozo Dragón se reconocen los restos de la antigua ciudad romana de Itálica, en concreto su anfiteatro, el cardo máximo y las zonas de alrededor. Los amantes de la serie seguro que no pueden dejar de visitar este espacio para revivir la increíble reunión de los grandes señores de todos los reinos para firmar una tregua y combatir unidos a los Caminantes Blancos al final de la séptima temporada de la saga.

Sevilla es un personaje más en ‘Nadie conoce a nadie’.

Nadie conoce a nadie. En el año 99, hace ya dos décadas, un film dio a conocer Sevilla como nunca antes se había visto: a través de un thriller que tiene a la capital hispalense como tablero de ajedrez de una trama en la que nada es lo que parece.

Dirigida por Mateo Gil y protagonizado por Eduardo Noriega y Jordi Mollà, la película narra la historia de Simón, un escritor que sobrevive en Sevilla haciendo los crucigramas de un periódico. Un día recibe un mensaje en el contestador que le obliga a incluir la palabra ‘adversario’ en el crucigrama del Domingo de Ramos. A partir de ahí, Simón comenzará a investigar la relación que tienen esas amenazas con la serie de explosiones que están teniendo lugar en diferentes iglesias de toda la ciudad, destinadas a sabotear la celebración de la Semana Santa sevillana.

La cinta recorre la ciudad a través de sus puentes (Quinto Centenario, el Cachorro, La Barqueta, El Alamillo…), de muchas de sus calles, como la calle Feria o las del Barrio de Santa Cruz, y sus principales monumentos, como la Catedral, la Giralda, la plaza de toros de La Maestranza -un cuerpo con un crucifijo clavado en el pecho aparece en mitad del coso-, la Torre del Oro… y tres iglesias protagonistas: de la Salvación, del Cautivo y de San Pablo.

Sevilla entera se convirtió en un auténtico plató de cine, pudiendo recorrerse toda la capital siguiendo los pasos de Simón en el caótico thriller.

En suma, estos tres audiovisuales muestran la ciudad y la provincia de manera diferente, a veces onírica, a veces realista y perversa, pero siempre con un encanto especial que nos impulsa a pisar estos lugares para revivir escenas que quedaron grabadas en nuestra memoria gracias al cine.

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