6 septiembre 2024
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Una carta por código QR, la solución para evitar el contacto camarero-cliente

Fermín Cabanillas. En 1994, la compañía Denso Wave, subsidiaria japonesa del grupo Toyota, sacaba adelante un diseño que, en ese momento, no parecía tener demasiada utilidad. Sin embargo, se ha revelado como algo que tiene una utilidad contrastada con el paso del tiempo.

Se trata del código QR (del inglés Quick Response code, -código de respuesta rápida-). Aunque inicialmente lo creó una empresa privada, ahora es una tecnología de uso libre. Aunque se ha hecho más popular que otros como el código matriz de datos, no es el único de dos dimensiones del mercado, pero sí es raro el teléfono móvil en el que una persona no tiene un lector de este tipo de tecnología.

Una solución

Ahora, la llegada del coronavirus ha hecho que se convierta en una solución para no tocar las cartas de los restaurantes y bares. Se puede apreciar en establecimientos como el Bar Najocamon de Marchena, que ha colocado en sus mesas el código para ser escaneado por los clientes.

Un código que ha elaborado el marchenero Víctor Hugo López, que ha adaptado el diseño de la carta del bar y su web a esta tecnología. Ahora, cuando llegan los clientes, solo tienen que pasar el teléfono por el lugar de la mesa donde se ha colocado, y enseguida tienen en su pantalla toda la carta de platos, tapas y bebidas. Así, se elimina el contacto con las demás personas que han tocado la carta, e incluso se protege la salud de los camareros desde el momento en el que no se comparte el tacto de este elemento. Además, se agiliza el servicio. No hay que esperar a que el camarero atienda una mesa en concreto llevando la carta, ya que el cliente dispone de ella desde el mismo momento en que ocupa la mesa. Se elimina incluso el contacto “verbal”, o que el empleado del bar tenga que acercarse al cliente para darle detalles de la carta que no entienda a simple vista. Todo son ventajas.

La alternativa del QR

De hecho, la eliminación de la carta en papel de los establecimientos de hostelería es un debate que ha surgido ahora con más fuerza, pero el coste que supone actualizarla o mantenerla limpia de manchas, entre otras cosas, es algo que ha traído de cabeza a los hosteleros desde hace tiempo, y ahora se puede solucionar mediante esta idea, que ha hecho que de una crisis surja una oportunidad.

Y es que, hoy en día, los códigos QR se pueden ver en folletos, carteles, revistas, etc. Se calcula, por ejemplo, que en 2011 un promedio de cinco códigos QR fueron escaneados diariamente por cada japonés. En aquel año, superaba a los mensajes enviados por persona. Un año antes comenzaron a expandirse en Estados Unidos, y luego a Europa. Ahora, forman parte de nuestro día a día.

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