Redacción. Dos periodistas de la emisora más escuchada de Bafatá -una ciudad en el este de Guinea-Bissau- se encuentran por estos días en la Universidad de Sevilla. Su visita forma parte de la cooperación que existe, desde hace años, entre Radio Mulher (Radio Mujer) y la US. Allí, al oeste de África, un grupo de más de diez mujeres entre 18 y 35 años hacen diariamente esta radio comunitaria que, desde 2018, transmite ocho horas al día.
En un país donde los medios de comunicación están mayoritariamente hechos por hombres, bajo vigilancia gubernamental o religiosa, surge Radio Mulher, un proyecto creado por la ONG Periodistas Solidarios, nacida en el seno de la Asociación de la Prensa de Sevilla. Ha contado también con diversas ayudas de la ONU, la Diputación de Sevilla, la Mancomunidad de Municipios de Écija, así como con formación de profesores y estudiantes de la US, que cada año viajan a Bafatá o reciben a las mujeres en la Facultad de Comunicación.
Bafatá es la segunda ciudad más importante de Guinea-Bissau, uno de los países más pobres del mundo, con una población de alrededor de dos millones de habitantes. Si hablamos de Índice de desarrollo humano (IDH), se encuentra en el puesto 177 del mundo, por lo que su población ocupa uno de los peores lugares del ranking de IDH. Por ejemplo, la esperanza de vida de sus habitantes ronda los 50 años y la malaria es una de las principales causas de fallecimiento del país.
En este contexto, una mañana cualquiera en Radio Mulher, sobre todo en lo que llamamos verano en Europa, está bañada por lluvias y por la llegada, desde las nueve, de las periodistas. Antes, se habrán levantado con la salida del sol, habrán ido a por agua al pozo más cercano, cocinado el desayuno (a base de arroz o maíz), y se habrán ocupado de tareas en sus casas. Antes de llegar a la redacción, es común verlas en el mercado o el río, averiguando por la situación del pescado en la ciudad, en una escuela que se destruyó hace meses y prometen volver a poner en pie, o persiguiendo al gobernador de la ciudad para una entrevista sobre la situación de la malaria o las próximas elecciones.
Como parte de su programación diaria, transmiten sobre música, actualidad, salud o de corte educativo. Durante sus seis años de emisión, han realizado reportajes sobre temas que afectan gravemente al país, como la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado y precoz. Tan solo en el este del país, la prevalencia de mujeres que han sido mutiladas alcanza el 70%.
Así nos lo cuentan Lolita Aminata Candé y Vardineia Semedo, su directora de Redes Sociales y de Administración, respectivamente. Durante septiembre y octubre de este año se encuentran recibiendo formación de diversos profesores de la Facultad de Comunicación y de RadiUS, la radio de la Universidad de Sevilla.
“Para quien no lo conoce —cuenta Vardineia— Guinea-Bissau es un país machista, donde las mujeres son víctimas de todo tipo de violencia por parte de los hombres y les son arrebatados muchos de sus derechos. En ese contexto, nuestra radio es un espacio donde las mujeres pueden expresar y escuchar sus voces, así como debatir sobre todos los problemas que les afectan diariamente”.
La mejor emisora de Bafatá
Hacer radio en Guinea-Bissau no es fácil. No han sido pocos quienes han dudado del proyecto. “Hacer radio para nosotros es un poco difícil porque hay personas que dicen: `¿Hacer radio? ¿Una mujer?` Pero en seis años hemos demostrado que las mujeres lo consiguen y ya somos la mejor emisora de Bafatá”.
Vardineia es una de las veteranas de la radio, y comenzó sus andanzas como periodista después de renunciar a estudiar en la universidad, porque no tenía cómo pagarla. Muy pocas personas logran acceder a los pocos estudios universitarios que se ofrecen en el país, y tanto Vardineia, como el resto de mujeres han aprendido el oficio en la práctica y gracias a las formaciones de la US y Periodistas Solidarios.
Si le preguntamos qué supone este proyecto en su vida, no tiene reparo en responder que Radio Mulher cambió su vida, y que hoy si es una mujer empoderada y capaz de hacer lo que se proponga es por este proyecto.
Para Lolita no hay rodeos. Ella lo tiene claro: “es una herramienta que nos permite expresar nuestra voluntad”. Antiguamente, lo normal en esta región era que ninguna o pocas mujeres pudieran hablar en los medios de comunicación. Además, las mujeres musulmanas, como Lolita, no podían participar en ciertos compromisos de la sociedad.
Radio Mulher como escuela
Un día en Radio Mulher también está lleno de niños. Niños que pasan, saludan, se quedan y se van. Esta casa verde también es espacio de formación de periodismo, idioma o incluso electricidad, para niños y jóvenes de la ciudad. En ello ha jugado un papel muy importante la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la US, que cada año ofrece becas a su alumnado para realizar estancias de voluntariado en este proyecto.
Una de esas alumnas fue Nicolle Espriella, egresada de Periodismo de la US y cooperante en 2023. Como parte de su voluntariado, impartió talleres a las periodistas de la radio sobre géneros periodísticos, periodismo narrativo y en redes, clases de inglés y español, e incluso formación de periodismo a niños y jóvenes de la ciudad.
Como parte de esas formaciones también suelen ir cada año profesores, investigadores o doctorandos de la US. Uno de ellos es Rodrigo Elías Zambrano, director de Medios Propios de la Universidad y de RadiUS, y parte del equipo de cooperantes que ha estado este verano en Bafatá.
Gracias a esas formaciones, —dice Vardineia— hoy somos más maduras y sentimos que somos capaces de hacer muchísimo mejor nuestro trabajo. La US y Periodistas Solidarios nos ayudan con las formaciones de periodismo y la sustentabilidad de la radio, entre otros ámbitos hacen que Radio Mulher sea lo que es hoy.
El impacto de Radio Mulher va más allá de que sea hoy la emisora más escuchada de Bafatá o que tenga uno de los sistemas de emisión más modernos del país. Para Lolita, lo más importante es la disminución de las muchas malas prácticas que eran habituales en la ciudad de Bafatá. Y aunque aún queda muchísimo por hacer, “hemos logrado que en la ciudad se reduzcan los casos de matrimonio forzado, la mutilación genital femenina, entre otros. Además, muchas personas que no tienen posibilidades de ir a la escuela encuentran en nuestra emisora una forma de concienciar sobre diversidad de problemáticas y acceder a decenas de conocimientos a los que de otra manera no podrían llegar”.
Hay varias preguntas de las que nadie se libra a la vuelta de un viaje al continente africano, y es sumamente difícil explicarle a alguien cómo funciona este pedacito del mundo. Podría decirse que la mayoría de su población no tiene electricidad ni agua potable, que el acceso a la educación y la salud es para una parte privilegiada, que es un país políticamente inestable. Podría decirse que su gente tiene un corazón gigante, que no dudarán en tenderte la mano aun sin conocerte. Podría decirse que allí, en una casa rodeada de verde y marrón, hay un grupo de mujeres confirmando que sí, como decía el Gabo, “el periodismo es el oficio más bonito del mundo”.