Ana Rodríguez. ¿Imaginan caminar por el interior de una cueva de sal? Aunque les parezca increíble, en Sevilla se puede. Esta estructura, en cuya construcción han sido necesarias utilizar siete toneladas de sal, se localiza en uno de los escasos centros de haloterapia de España y es elemento esencial para la aplicación de esta terapia natural escasamente conocida en nuestro país.
La haloterapia, como explica el director de Saltium Sevilla, Pablo Galiano, consiste en reproducir el microclima de las minas de sal subterráneas a fin de respirar un ambiente saturado por micro-partículas de sal roca pura en un espacio controlado. Las propiedades de este ambiente son las de la propia sal: antisépticas, antibacterianas y antiinflamatorias, resultando muy beneficioso para personas con problemas respiratorios y de piel, e incluso del sistema nervioso.
Galiano sabe bien de lo que habla. Este toledano que llegó a Sevilla por trabajo y se quedó por amor, llevaba toda la vida sufriendo el azote de la alergia. “Me ahogaba, se me hinchaban los ojos, todo muy molesto, hasta que una vez, en Toledo, probé la haloterapia. Mejoré muchísimo y, aunque yo me dedico al mundo de la ingeniería, me animé a traer esta terapia natural a Sevilla”, explica el director de Saltium.
El origen de la haloterapia se encuentra en las minas de sal de Wieliczka, al sur de Polonia. Allí, en la primera mitad del siglo XIX, el doctor Boczkowski , médico de mineros, se percató de que los que trabajaban en las minas de sal no sufrían problemas pulmonares, respiratorios o tuberculosis, como el resto de la población, llegando a la conclusión de que el ambiente que respiraban era el que los protegía.
En la actualidad, el sistema de salud de Rusia considera la haloterapia una terapia oficial y está reconocida como terapia clínica en Inglaterra, habiéndose extendido por casi toda Europa, Canadá y Estados Unidos. En España sólo se aplica en seis provincia, siendo Sevilla pionera en Andalucía.
Respirar micro-partículas de sal totalmente naturales está clínicamente probado que mejora –hasta en un 90%- los síntomas de afecciones del sistema respiratorio tales como asma, bronquitis crónica, sinusitis, rinitis, faringitis, neumonía, fibrosis quística, angina de pecho y alergias, entre muchas otras. “También en caso de resfriados, tos, problemas de mucosidad densa… con dos o tres sesiones, dependiendo del caso, se empiezan a notar los efectos”, explica Galiano.
Además, combate el estrés y el agotamiento –la sal tiene iones negativos y hacer bajar la tensión- y es beneficioso para afecciones de la piel, como el acné, la psoriasis, los eczemas, la dermatitis atópica, incluso infecciones o, simplemente, para mantenerla más bella. En estos casos, el número de sesiones hasta conseguir resultados es mayor, pues la penetración en la piel por osmosis para alcanzar la autohidratación es más lento.
Cualquier persona, a partir de los tres meses de vida, puede sumergirse en estos espacios de sal. Según explica Galiano, “nosotros disponemos de tres salas, todas ellas recubiertas de sal por completo, desde el suelo al techo, y totalmente asépticas. Una colectiva que llamamos La Cueva, con capacidad para 12 personas; otra infantil para hasta nueve niños acompañados de adultos, con toboganes y juegos para que se muevan, ya que a ellos no se les puede encargar ejercicios respiratorios y estiramientos como sí hacemos con los adultos; y una tercera sala individual para personas con problemas de piel y que necesitan descubrirse”.
Las personas que han probado ya la haloterapia en Sevilla están notando sus efectos beneficiosos, según explica Pablo Galiano. “Gente que viene con gripe y en vez de durarle 15 días, le dura cinco con dos sesiones, o muchos niños el año pasado venían con bronquitis de repetición y con una sesión a la semana se les cortó el ciclo”, destaca.
Sin embargo, el caso que más les ha llegado al corazón es el de un pequeño sevillano con atelectasia – disminución del volumen pulmonar- al que iban a operar para quitarle parte de un pulmón. Gracias a los beneficioso efectos de la sal, “ya no tiene los mocos que le producían infecciones continuas y se ha parado la operación. El niño ha crecido cinco centímetros en cuatro meses desde que ha dejado de tener infecciones”, comenta emocionado el director de Saltium.
Las sesiones de haloterapia tienen entre 40 y 50 minutos de duración y el número de las mismas depende de la afección de cada persona. Lo que sí es cierto es que esta terapia natural es complementaria, jamás sustitutiva, a la medicación, en caso de que ésta exista. En este sentido, Galiano explica que “aquí vienen personas que necesitan broncodilatadores, antihistamínicos, etc. En pocas sesiones, reducen drásticamente la medicación porque recuperan capacidad respiratoria y liberan moco sin usar medicamento”.
Aunque hay quien ha encontrado en la haloterapia un remedio natural a sus afecciones, incluso médicos que la recomiendan, siempre hay escépticos a estas terapias naturales. A ellos, Galiano les invita a informarse, a conocer los estudios clínicos elaborados al respecto, y, sobre todo, a adentrarse en la Cueva de Sal del corazón de Sevilla cuando alguna afección respiratoria les esté molestando.