Redacción. El servicio de Cirugía General y Digestiva del Área Hospitalaria de Valme ha optimizado los resultados del abordaje quirúrgico de las fístulas anales complejas mediante la terapia láser, incorporada desde hace un año entre los avances terapéuticos introducidos en su Consulta Monográfica de Proctología. De este modo, una treintena de pacientes se han beneficiado de esta técnica quirúrgica a través de la Unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria del Hospital El Tomillar.
La enfermedad fistulosa perianal es muy prevalente, siendo una de las más frecuentes entre las patologías anorrectales. Aunque su carácter es benigno, tiende a la cronicidad y comporta un proceso doloroso, dado que se asienta en un área anatómica muy sensible. Junto a su localización (incómoda y dolorosa), está el hándicap de las recaídas y las secuelas; convirtiéndola en patología de gran repercusión en la calidad de vida. Concretamente, la incontinencia anal o daño esfinteriano y la tendencia a la recidiva son las incidencias de mayor impacto.
A pesar de que la mayoría de las fístulas anales se resuelven fácilmente, hay un número importante de casos complejos que constituyen un reto para los cirujanos especializados en Proctología. Según afirma la jefe de sección de Cirugía del Área Hospitalaria de Valme, Lourdes Gómez Bujedo, “la dificultad estriba en conseguir simultáneamente la erradicación del proceso supurativo de la fístula y la preservación de la continencia fecal”.
Láser como alternativa terapéutica eficaz en casos complejos
En la búsqueda de alternativas terapéuticas eficaces, exentas de complicaciones, durante las últimas décadas se están desarrollando diferentes técnicas conservadoras de esfínteres para tratar este grupo de pacientes con fístula compleja. Van desde procedimientos quirúrgicos a uso de pegamentos biológicos, células madre o distintas fuentes de energía. En este contexto se está empezando a utilizar un tipo de fibra láser para el tratamiento de la fístula perianal.
La terapia láser del trayecto fistuloso está indicada en el tratamiento de determinadas fístulas complejas y ofrece como ventajas la preservación completa del aparato esfinteriano (mínimo riesgo de incontinencia) y el hecho de que se trata de un procedimiento mínimamente invasivo, casi sin herida, poco doloroso, susceptible de ser realizado en régimen ambulatorio y que permite una temprana reincorporación del paciente a sus actividades cotidianas en la mayor parte de los casos.
Centro pionero en su utilización
En el Área Hospitalaria de Valme, el Servicio de Cirugía General y Digestiva dispone de un año de experiencia en el uso de la tecnología láser para el tratamiento de un grupo específico de fístulas anales complejas. Su infraestructura favorece el desarrollo de esta técnica en régimen ambulatorio. De este modo, de los 120 procedimientos quirúrgicos relacionados con la fístula perianal del último año, un total de 28 se han beneficiado de este abordaje mínimamente invasivo.
Desde su consulta monográfica de Proctología, el servicio de Cirugía General y Digestiva tiene centralizada la patología benigna de canal anal (Fístulas, Fisura, hemorroides, proctalgias). Junto a profesionales altamente formados, y además de la moderna tecnología láser, también en esta unidad quirúrgica se incorporó recientemente un avanzado ecógrafo endoanal para facilitar la atención y el diagnóstico en Acto Único de las estas enfermedades. Todo lo cual redunda en respuestas ágiles y eficientes con un alto grado de satisfacción percibida por los pacientes.
Aunque el tratamiento con láser de fístula perianal acumula experiencia en países occidentales, en España se ha infrautilizado en la sanidad pública; de ahí que su incorporación actual esté acompañada de estudios de eficacia de la técnica. Como consecuencia, ha surgido la iniciativa del Registro Nacional multicéntrico, al cual se ha incorporado el Área Hospitalaria de Valme entre los primeros centros participantes.
Seguimiento de los pacientes
Este registro multicéntrico realizará un seguimiento de los pacientes durante los 12 meses posteriores al tratamiento con el objetivo de valorar tanto eficacia como el grado de incontinencia, dolor, calidad de vida y efectos adversos.
Se trata de un registro observacional y prospectivo que pretende consolidar evidencia científica, facilitando a nivel nacional la introducción de un protocolo común para todos los centros. Además permitirá conocer las características epidemiológicas y clínicas de los pacientes incluidos en este registro con el fin de analizar distintos factores que permitirán establecer un perfil de paciente adecuado para esta terapia.