Redacción. El equipo de Urología de Quirónsalud Sagrado Corazón ha sido uno de los más activos de este centro durante la pandemia «debido a que hay muchas patologías de esta especialidad que no pueden esperar», tal y como explica el doctor Juan Leal Lombardo, quien subraya que «siempre ha prevalecido el criterio de seguridad».
«Se ha evitado exponer a los pacientes a riesgos innecesarios, tomando todas las medidas de protección a nuestro alcance, tanto para el paciente como para los profesionales, porque hay ciertas patologías urológicas en las que el riesgo de esperar a una situación mejor, epidemiológicamente hablando, hubiera sido muy perjudicial para nuestros pacientes», señala en un comunicado.
Esto es lo que se conoce como patologías urgentes no demorables, donde un ejemplo es la patología urológica oncológica. «La oncología es la patología más numerosa en urología, representando más del 50 por ciento de los actos quirúrgicos», según explica Leal Lombardo. Así, indica que durante este periodo se ha seguido viendo cáncer de próstata, riñón, vejiga y urotelio, y se han realizado numerosas prostatectomías radicales laparoscópicas, nefrectomías radicales y parciales, así como nefroureterectomías y todo tipo de cirugía endoscópica oncológica urológica.
En opinión del especialista, «en estos casos el riesgo de demorar el tratamiento y el daño producido podrían haber sido altísimos, ya que la patología oncológica puede tener un pronóstico más desfavorable si hay retrasos en el diagnóstico y tratamiento de los pacientes».
Otras patologías
Además de la oncológica, menciona otras patologías que igualmente no pueden esperar, según Leal Lombardo, como la hematuria (sangrado en la orina) que puede llegar a requerir cirugía para detener el sangrado y buscar su origen, «que frecuentemente es el cáncer vesical«. «Lo mismo ocurre con la torsión testicular que requiere una exploración quirúrgica en las primeras seis horas, corriendo el riesgo de perder el testículo si no se hace», avisa el centro hospitalario.
Otra patología muy recurrente, como indica, es el cólico renal complicado, en determinados casos el paciente puede tener riesgo de infección severa (sepsis urinaria) con una alta mortalidad e incluso obstrucción del riñón generando un fallo renal. En estos casos se procede a la colocación de un catéter Doble J o de nefrostomía percutánea que garantice el drenaje del riñón y la orina infectada. El doctor incide en que, en caso de demorar el tratamiento de estas patologías, el paciente podría sufrir daños severos.
Leal Lombardo recalca su satisfacción por la atención prestada durante la situación de emergencia sanitaria y manifiesta que «una gran parte del éxito de la actuación de nuestro equipo se debe a la actitud de nuestros pacientes».
«Muchos de ellos han visto demorada su atención por padecer de patologías benignas y requerir preferencia para el trato otros pacientes. En todos estos pacientes afectados solo nos hemos encontrado una cosa: compresión. Esa paciencia ha hecho con el esfuerzo de todos juntos hayamos podido garantizar el tratamiento de los pacientes con patología no demorable a la par que nos ha permitido tener tiempo para organizar el tratamiento de nuestros pacientes con patologías demorables, que ya se está realizando», señala.
En cuanto al tratamiento de pacientes en consulta, durante el periodo de confinamiento, se han estado realizando consultas telemáticas y presenciales en función de la patología, aunque actualmente «son ya más numerosas las presenciales».