Fermín Cabanillas. El 23 de febrero de 1852 se inauguraba el famoso puente que une el centro de Sevilla con el barrio de Triana. Sustituía al antiguo Puente de barcas originalmente de época almohade, único puente durante casi siete siglos sobre el río Guadalquivir.
El puente de Triana o de Isabel II fue construido entre 1845 y 1852 por los ingenieros franceses Ferdinad Bernadet y Gustav Steinacher y es considerado el puente de hierro más antiguo de España y un buen ejemplo de la arquitectura industrial del siglo XIX, como explica en sus redes sociales el Archivo Histórico de la provincia de Sevilla.
Inspirado en el Puente de Carrousel de París, hoy desaparecido, se estructura en tres vanos gemelos apoyados sobre dos pilas centrales y dos estribos laterales. Por contrato las piezas de fundición debían ser construidas en España, recayendo en la Fundición “San Antonio” de Narciso Bonaplata.
La primera piedra
En 1845, reinando Isabel II, tuvo lugar la colocación de la primera piedra del nuevo puente. La construcción sufrió muchos avatares por culpa de la financiación. Los ingenieros que lo iniciaron abandonaron el proyecto encargándose su conclusión a Canuto Corroza. En 1852 se inaugura oficialmente.
Desde entonces el puente se ha visto sometido a reparaciones, renovaciones, y modificaciones, por el paso del tiempo o por la circulación de otros tipos de vehículos, como el tranvía.