Redacción. La profesora de la Universidad de Sevilla (US) Milagro Martín López coordina un proyecto europeo con financiación de la Comisión Europea en el que colaboran otros investigadores de la Facultad de Ciencias del Trabajo de la academia hispalense sobre el teletrabajo.
En concreto, es uno de los proyectos seleccionados para ser financiados por la Comisión Europea dentro del programa ‘Social Prerogative and Specific Competencies Lines (Socpl) Work programme part SOCPL-2021 Call Improving expertise in the field of industrial relations (SOCPL-2021-IND-REL)’, bajo el título ‘The labor market as a consequence of teleworking, challenges for full integration (Telechain)’.
Según han detallado desde la Facultad de Ciencias del Trabajo de la US, además de la Universidad de Sevilla forman parte del consorcio instituciones académicas de cinco países de la UE.
En concreto, participan investigadores del International Business School (Hungría), la Jade University of Applied Sciences (Alemania), la Poznan University of Economics and Business (Polonia) y la University of Salento (Italia).
Por la naturaleza de la convocatoria y su finalidad de «favorecer el estudio sobre el diálogo social y la realidad del mundo del trabajo», participan «de un modo relevante» otras instituciones como el sindicato Comisiones Obreras de Sevilla, el sindicato Vasas Szakszervezeti Szöverség (Hungría) y la empresa Schneider Electric (España).
El programa europeo en el que se inscribe el proyecto financiado cuenta con un presupuesto total de algo más de cuatro millones de euros, desarrollándose sobre la base de la libre concurrencia, y se han presentado más de 200 solicitudes representando a más de 500 instituciones de toda la Unión Europea.
La dotación de la línea de trabajo ha permitido financiar únicamente 14 proyectos de entre todas las propuestas presentadas, «lo que permite calificar el proyecto concedido dentro de los altamente competitivos», según subrayan desde la Facultad de Ciencias del Trabajo.
El objetivo del proyecto es analizar, en términos comparativos, «el papel del diálogo social y de las relaciones laborales a la hora de diseñar las condiciones de trabajo ante la nueva realidad que supone el teletrabajo».
Partiendo del dato de que el teletrabajo «no nace como resultado de los confinamientos originados por el Covid-19, sino que es una realidad anterior, fruto del desarrollo de las nuevas tecnologías y herramientas digitales, la pandemia ha venido a erigirse en un catalizador que ha hecho desarrollarse de una manera imprevista esta modalidad de trabajo y hacer que el mercado laboral haya experimentado cambios extraordinariamente rápidos».
Impacto del teletrabajo
Este proceso de «cambio inmediato», según continúan en el comunicado difundido sobre este proyecto, plantea «nuevos retos a trabajadores, empresas y también a sindicatos».
Este modelo laboral tiene «un impacto indudable –positivo y negativo– en el papel que juegan los interlocutores sociales», con aspectos «negativos» como «la dificultad de medir la productividad y el trabajo a distancia de los empleados, la desnaturalización de la actividad sindical, que, en el trabajo de los sindicatos, así como los relacionados con la desconexión digital o la falta de competencias digitales».
Entre los «aspectos positivos» del teletrabajo se destacan «de forma unánime» algunos como «el ahorro de costes y/o de tiempos para la empresa y el trabajador».
La ejecución del proyecto se llevará a cabo a través de la cooperación entre empresas y sindicatos, analizando la realidad del teletrabajo en cada país.
Esta investigación «permitirá contrastar la información obtenida y presentar propuestas comunes encaminadas a promover el diálogo social para mejorar las condiciones de trabajo en la hipótesis contemplada y conocer las medidas que, sobre la base del dialogo entre los interlocutores sociales a todos los niveles, se proponen para reducir la brecha de género y los riesgos psicosociales que podría generar el teletrabajo».