SBN. Jornada para el recuerdo. La Hermandad Sacramental Esperanza de Triana cumplía 600 años de su fundación y la catedral hispalense se vestía de gala para conmemorar tan señalada fecha. Con la titular de la cofradía en su interior, el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, presidía este sábado, 3 de noviembre, una multitudinaria misa estacional, que poco después daría paso a la procesión de retorno de la imagen a la Capilla de los Marineros.
Sevilla entera se había echado a la calle. «Ni en Semana Santa he visto tanta gente», comentaban algunos viandantes mientras esperaban el paso de la Virgen en su palio. No en vano, según estimaciones del Cecop, entre 280.000 y 285.000 personas mostraron sus respetos a la dolorosa en algún momento del recorrido.
Para que todo discurriera con normalidad, un dispositivo de seguridad, el mismo que el del día 1, se activaba en las calles de la capital. En él participaban el Cecop, la Delegación de Seguridad, Movilidad y Fiestas Mayores, la Policía Local, Protección Civil, Bomberos, el Servicio de Parques y Jardines, el Cuerpo Nacional de Policía, la Gerencia de Urbanismo, TUSSAM y Lipasam. Una maquinaria bien engrasada que dio excelentes resultados.
La Puerta de San Miguel de la catedral se abrían a las 16.00 horas para dejar que la Esperanza de Triana retornara a su barrio. Se iniciaba así el final de una salida extraordinaria que aún dejaría hermosas estampas en las calles de Sevilla, como el homenaje de la junta de Gobierno de la Hermandad del Baratillo, que recibió a la Señora de la Esperanza ante sus sagrados titulares.
En su itinerario de vuelta, la Virgen pasó por las calles García de Vinuesa, Arfe, capilla del Baratillo en calle Adriano, Pastor y Landero, Reyes Católicos, Capilla del Carmen, San Jacinto, Rodrigo de Triana, Pelay Correa, Vázquez de Leca, Santa Ana y Pureza para, finalmente, entrar en la Capilla de los Marineros a la hora prevista, en torno a la una de la madrugada.
En su discurrir por la ciudad, imágenes para el recuerdo, como su paso por el puente de Triana o la llegada a la Plaza del Altozano. Casi dos kilómetros de devoción, música, silencio, vítores y emociones contenidas y manifiestas que pusieron el broche de oro a un VI centenario colmado de Esperanza.