Mamen Muñoz. El sevillano Pablo Acosta está detrás de Pablo Salvaje. Crea para dejar huella, al tiempo que trata de recuperar valores creativos, reivindicando volver a utilizar las manos, ser capaces de crear como niños cuando somos adultos. Se hizo popular a través de Instagram con sus sellos de animales de una belleza pasmosa, red en la que ya va por 14.000 seguidores. Lleva desde 2014 desarrollando ideas salvajes en su estudio La Selva, en Barcelona, y actualmente se encuentra en Sevilla tomando aire, afinando la perspectiva y reconectando con su ciudad, así que hemos aprovechado la coincidencia para inspirarnos charlando sobre redes, arte y naturaleza.
– ¿Cómo surge Pablo Salvaje?
– Desde pequeño dibujaba en la imprenta de mi abuelo en Gines, de ahí viene mi familiaridad con las tintas. De repente, con la aparición de nuevos materiales, y nuevas herramientas en el ámbito de las Bellas Artes, el grabado se hizo mucho más accesible: lo que yo trabajo ahora al crear los sellos es como un sucedáneo del linóleo, éste lo era de la madera, y la madera su vez lo era ya de la piedra… la técnica ha ido evolucionando cada vez a materiales más fáciles de trabajar. Todo este universo me hace el trabajo un juego.
Soy un amante de las colecciones, así que al descubrir estos materiales, empecé a hacer todos mis dibujos en 3D, y así me surgió un nuevo universo. Comencé a indagar, el dibujo lo pasé al grabado, y me convenció mucho más por el juego de la estampa, de la sorpresa que crea el sello cuando levantas del papel, que crea la imagen estampada, la huella…
Y fue simple: puse una foto en Instagram, a la gente le gustó, fue clave de éxito, puse otra, y otra, y otra… y así fui para adelante.
– ¿Le debes mucho a esta red social?
– Le debo mucho a Instagram pero precisamente estoy tomándome un tiempo para entender cómo funciona. Las redes sociales a mí me han dado la visibilidad que tengo ahora. Yo no he comprado seguidores, tengo 14.000 personas que siguen mi trabajo (que será más bueno o más malo, pero que gusta).
Crecí con la red, pero ahora ya con este boom me he colapsado, intento encontrar el equilibrio de esta exhibición de tu vida personal que a la vez es tu marca… Hay mucha exhibición en las redes.
– ¿Creas para dejar huella?
– Sí, porque cuando estampamos dejamos huella, cuando estampamos la mano también dejamos huella, cuando andamos por la playa también dejamos huella -de hecho, la huella en la playa es un grabado bajorrelieve, con todas las texturas…-.
Creo que hay dos tipos de creativos. Bueno, hay muchos, pero creo que hay dos básicos que se diferencian: Unos que se caracterizan porque hacen y hacen, y se expresan y quieren hacer cosas por hacer, porque no pueden parar de dibujar, tienen una mente creativa que no puede parar de producir (hacen desde cosas bonitas, útiles o inservibles, prácticas, expresivas…); y hay otros creativos que crean desde el punto de vista la comunicación. Y este último creo que es mi caso. De hecho, yo a veces me puedo llevar dos meses sin trabajar nada de nada, pero el día que lo encuentro, me inspiro porque todo ese mensaje que me trae ese sentimiento, esa comunicación, es lo que plasmo en el trabajo. Dejar huella, sobre todo por el sentido en el que tú creas.
– ¿Cómo hacerlo sin sucumbir a los flamencos, las piñas o las llamas?
– Las modas van cambiando, si tú vas con ellas, es como servirte directamente al público en masa. Es decir, ahora se llevan las piñas y los flamencos; o ahora se llevan los perezosos y las llamas, pues vamos a hacer perezosos y llamas porque lo dice el Tiger: No, el Tiger no. Existe un equipo de manipuladores de la imagen, que está pensando que se van a llevar las llamas, y ahora nos las vamos a encontrar desde en Mercadona a cualquier envase de productos para niños… El placer estético es realmente muy placentero pero es temporal y banal. Por tanto, a mí me da mucha más seguridad seguir creando desde otra intención, desde ese punto de la comunicación.
– ¿Trabajas en La Selva?
– Empecé con los sellos y al año o así me fui a Barcelona a formarme y en 2014 mi compañero Tian Sotos y yo inauguramos allí El estudio La Selva. Durante estos cinco años de puertas abiertas hemos hecho exposiciones, talleres, conciertos…
La Selva es un colectivo artístico y es también un espacio de cocreación. Realmente empezó siendo nuestra casa, pasábamos tanto tiempo en ella, así que la acondicioné para que fuera bonita y agradable para estar, pero también la avituallé para que tuviera superficies grandes para trabajar en ella, en torno al grabado y a la estampa. Por la arquitectura que tiene, circular, nos permitía que una mitad fuera para trabajar y la otra para habitar. Junto a diferentes artistas que han ido pasando por el estudio le hemos ido dando forma.
Trabajamos con fundaciones, con museos, escuelas rurales, es muy amplio… Somos cinco personas, yo coordino pero después uno se encarga de pedagogía, otro de diseño, otro de comunicación…
– Si alguien tiene una idea salvaje, ¿os la cuenta y la hacéis grande?
– En el estudio encontramos que había un vacío cuando alguien se planteaba hacer algo sin querer comprarlo hecho, y sin disponer de los medios para hacerlo. Entonces lo que proponemos, por ejemplo, alguien que se casa y quiere preparar sus invitaciones, o alguien que da una fiesta y necesita ayuda con la organización, o quien quiere hacer un cartel de cine… Pues ellos nos traen la idea al estudio y nosotros con nuestras herramientas, nuestro espacio y nuestro equipo, lo acompañamos en el proceso creativo los días que necesite.
Y de hecho, de aquí nos acaba de surgir nuestro último proyecto, y se nos ha ido de las manos y me acabo de unir al equipo de la última propuesta que nos ha llegado: Wild Me, un proyecto para asalvajar a los niños en la naturaleza. Se trata de crear actividades al aire libre para que dejen las pantallas y aprendan conceptos y valores que no se encuentran normalmente: aprender a diferenciar las hojas, a conocer el entorno que nos rodea…
– ¿Colaboráis también con ONGs?
– Este año hemos realizado un programa que me propuso mi compañero Tian Sotos, un programa de reinserción de chicos que llegaban de África, que apenas tienen cuarenta y cinco días aquí en España, en Europa. Es un programa que además de ocuparse de los papeles, y de enseñarles a hablar español, comprarle ropa… y que se acostumbren al medio… Nosotros propusimos también que incluyera unos talleres creativos para que desarrollaran otras destrezas que pudieran cambiarles el ánimo, que supusieran un momento de evasión y de relax, para quitarles peso al asunto dentro de la problemática que tienen y de la situación en la que se encuentran cuando llegan.
– ¿Cómo es tu libro Alma animal?
– Alma animal es como El Principito, es para leerlo y descubrirlo a medida que vas creciendo: viendo sus formas, sus mensajes, sus texto, que te llegue, ver una ilustración a doble página y que te puedas inventar te historia, lo que te transmite… Su intención es que te llegue de alguna manera. Un libro para que te acompañe toda la vida.
La editorial quería un libro de animales bonitos. Y animales bonitos hay por todos lados, pero Alma animal, además, tiene mensaje ecológico, y habla del instinto, de los valores, de esa capacidad que tenemos de conexión entre todos los seres vivos, y que somos piezas de un gran puzzle… También habla de ese instinto depredador que está acabando con todo lo que tenemos vivo en este planeta…
Más allá de lo que hagamos artísticamente, más allá de lo bello, pienso que tiene que tener un mensaje. Mi intención siempre que trabajo en algo es dejarte huella. Que no te quedes con que el trabajo de Pablo Salvaje es bonito porque a mí eso me parece insulso, “es un sobre de azúcar en agua”.
– ¿Te inspiran mucho los animales?
– Yo cuando he tenido algún problema, siempre me he fijado en los animales, no para resolverlo, sino para relativizar y ver cuánto de importante es ese problema.
Me han enseñado mucho y eso era lo que quería transmitir en Alma animal. Tiene mucho mensaje. El tema de la transformación, por ejemplo, yo nunca encontré un libro de pequeño que me dijera que los animales también son gays, que no estás mal, que es natural, esto está reflejado en el libro, la trans-formación. Visibilidad a tope. Todos nos transformamos, independientemente de la inclinación. Es una tranquilidad encontrar en un libro una explicación a ciertos asuntos, que si vienen de la naturaleza, digamos que tiene un punto de certeza más.
– Tienes muchísima suerte: alguien ve tu Instagram y te propone hacer un libro; después alguien ve el libro y te propone el proyecto Wild Me…
Sí. Y si me permites un secreto, radica además en darte cuenta de tus dones: ni extra ponerte a ellos, ni tampoco rebajarlos; simplemente darte cuenta de que están ahí, de lo que se te da bien y te gusta hacer, y explotarlo. Y arriesgarse: tomar las riendas de tu vida cuando llegue el momento y cortar con lo que no aporte. Convencerte de que estás en tu camino.
– ¿Después de cinco años en Barcelona, cómo es volver a Sevilla?
– He vuelto a Sevilla porque necesitaba el cariño de verdad, de familia, de amigos, de salir a pasear, el ambiente, los buenos días… Su esencia apenas se puede describir, eso no se puede encontrar en otra parte, es lo que más echaba de menos. De hecho, no se puede inventar, no se puede crear…
Te das cuenta después, que dices yo me he ido porque Sevilla se me quedaba chica… pero Sevilla es inmensamente grande, tiene una calidad como un abanico de grande. El cariño que se percibe en el ambiente, la cercanía, los atardeceres…
– ¿Y uno de tus nuevos proyectos va directamente relacionado con Sevilla?
-Sí, es un proyecto que más que con las ciudades, va relacionado con el lenguaje, es Habladurías. Lo estamos desarrollando con Sevilla, porque yo soy de aquí, y también de Santiago de Chile, de donde es mi compañero Tian. Y son dichos o habladurías, de estos que no se recogen en ningún diccionario, y hemos querido plasmarlos en sellos.
1 comentario en «Pablo Salvaje: “La esencia de Sevilla apenas se puede describir, no se puede encontrar en otra parte, no se puede crear…”»
Me ha parecido. . genial. Esta forma, de aprender. Crear, enseñar y evolucionar como ser , que conparte la tierra con otros que no son de tu misna especie,. Desde la creatividad se puede cambiar el mundo, y plasmar con tus huellas , las formas de vida de cada animal , desde. Que nace , y sus ciclos, durante su existencia . desde aqui. Darle. Las gracias a pablo salvaje . por enseñarnos , que hay otras formas de vivir .
Enhorabuena….