SBN. Este jueves, 2 de enero, el Ayuntamiento de Herrera propone visitar sus termas, dentro de las actividades navideñas en el municipio. Es una cita especial, que ya se hizo el pasado 26 de diciembre, y supone una nueva oportunidad de ver de cerca un recurso turístico y cultural de primer orden.
Se trata de un conjunto termal datado a finales del siglo II y principios del III d.C recuperado para las visitas hace una década, y que sigue siendo uno de los referentes más claros y en mejor estado de la presencia romana durante siglos en la provincia de Sevilla.
Son unas instalaciones que se encuentran a un kilómetro aproximadamente del casco urbano, que constituyen un referente de las construcciones típicas de la arquitectura romana, destacando por su riqueza decorativa y la calidad de sus materiales, y aunque buena parte de las paredes han desaparecido, los mosaicos que se conservan siguen en muy buen estado.
En Herrera se han documentado hasta siete mosaicos distintos, aunque el yacimiento no se ha librado del expolio, y una parte de los hallados en 1990 desapareció o fue dañado, aún sin explicación.
Hasta ahora, lo descubierto en Herrera ocupa una extensión de 500 metros cuadrados y su hallazgo fue casual, con motivo de la construcción de un canal contra las inundaciones en 1990, mientras que desde 2007 es un Bien de Interés Cultural.
Un estudio realizado por la Universidad de Barcelona y que recogió la revista Rómula cita que estos mosaicos muestran la representación hispánica más sobresaliente de un combate de boxeo.
Se aprecia a dos boxeadores desnudos y, a la derecha, un árbitro vestido con una túnica y que lleva una vara con la que azuzar a los púgiles en caso de mostrarse demasiado defensivos o para detener golpes prohibidos.
Supone una de las representaciones que mejor han llegado a la actualidad de unos combates que, en la antigüedad, no tenían delimitación de tiempo ni se dividían en asaltos, sino que duraban hasta que el árbitro declaraba el final del combate o uno de los contendientes se retirase alzando el brazo y el dedo índice, pidiendo clemencia.