Fermín Cabanillas. José Reinoso Cuevas, investigador del Departamento de Mecánica de Medios Continuos y Teoría de Estructuras de la Universidad de Sevilla, ha recibido el Premio Juan Carlos Simó 2019 al mejor Investigador Joven en métodos numéricos en Ingeniería, otorgado por la Sociedad Española de Métodos Numéricos en Ingeniería (SEMNI).
Su trabajo, a pesar de su juventud, es todo un referente en la Hispalense. El profesor Reinoso Cuevas es doctor en Ingeniería Industrial desde 2012 por la Universidad de Sevilla y miembro del Grupo de Elasticidad y Resistencia de Materiales de la US. Ha dirigido dos Tesis Doctoral con Mención Internacional estando seis Tesis Doctorales adicionales en curso.
Es autor de 52 artículos en revistas internacionales (incluidas en índices internacionales tales como JRC Science Edition, Scopus), con índice h igual a 16, 3 monografías, 5 capítulos de libro y más de 80 contribuciones a congresos y conferencias nacionales e internacionales, así como la activa participación en proyectos de investigación (nacionales, autonómicos y de otras instituciones).
Sus principales líneas de investigación se centran en el desarrollo de modelos numéricos para el modelados de estructural laminares de material compuesto y modelos de daño interlaminar e intralaminar en materiales compuestos.
El profesor investigador del departamento de Mecánica de Medios Continuos y Teoría de Estructuras de la Universidad de Sevilla, José Reinoso, Premio Juan Carlos Simó 2019 al mejor Investigador Joven, ha destacado hoy la importancia de las matemáticas predictivas a la hora de completar el trabajo de la ingeniería.
Un distintivo que permite «que investigadores jóvenes se labren su propio camino, que su trabajo tenga impacto internacional, para establecer nuevas líneas de conocimiento con otras universidades e instituciones», a la vez que pone en el escaparate la importancia de las matemáticas.
Y es que las matemáticas están en todos lados. «Desde el desarrollo de los ordenadores, existe cada vez más algo en desarrollo que es la predicción, que lo vemos en todos los órdenes de la vida, desde simplemente el hecho de la predicción meteorológica, que se hace con modelos matemáticos, y a partir de los años 80 estos métodos productivos se empiezan a incorporar a carreras de ingeniería».
Así, aunque en su laboratorio hay, aparentemente, mecánica más que nada, en realidad todo tiene una base matemática. Sobre todo porque «hay ensayos mecánicos que son caros, difíciles de llevar a cabo, pero una buena herramienta predictiva es capaz de someter a estructuras a cargas mucho más completas, de forma que, aunque estamos limitados, la simulación numérica es mucho más completa».
Con esa premisa, acude cada día a trabajar, para probar nuevas formas de ingeniería, y, además, para poner en valor el trabajo de los investigadores andaluces.